Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

RELACIONES CHILE-BRASIL EN LA DECADA DE LOS NOVENTA prioriza la inserción de su economía en el concierto mundial que presenta una marcada tendencia a la estructuración de grandes bloques económicos. La integración de Amé'rica Latina aparece así como la vía más factible para enfrentar este nuevo orden económico internacional". En realidad, ningún país de A,mérica Latina podrá enfrentar, por mejor que esté su economía, los megabloques q~e se están formando o consolidando, como asimismo las presiones y res– tricciones derivadas del sistema multilateral de comerCio~ Los ,mega– bloques podrán representar una amenaza en el caso deque muestren una doble fase de "apertura interna" y "cierre externo". ,Por consi– guiente, tenemos que estar atentos a esa nueva composición de fuerzas económicas y, sobre todo, más unidos en este subcontinente. Así, los países del MERCOSUR, en un proceso de carácter irreversible, buscan constituir un espacio económico común con el fin de garan– tizar una inserción competitiva de sus integrantes en la economía internacional. '&tamos ciertos de que Chile, en el momento que juzgue más oportuno, hará efectiva su integración a este mercado de 190 millones de consumidores y con un Producto Nacional Bruto de casi 390 mil millones de dólares. '& sólo cuestión de tiempo y de ajustes de las economías y, de esta forma, ciertamente, en un plazo no tan largo, tendremos a Chile como nuevo socio del MERCOSUR, juntos en la búsqueda del bienestar de nuestros pueblos. La integración física Brasil, aun cuando sea un país del Atlántico, tiene también dirigida su mirada hacia la Cuenca del Pacífico, donde se desplaza el nuevo eje económico del mundo en el siglo XXI. Nuestra intensa actividad diplomática y comercial en esta región y nuestra particip.ación como observadores en la Conferencia de Cooperación Económica del Pacífico, constituyen sólidos ejemplos de nuestro interés por esta integración. Y el camino hacia el Pacífico pasa naturalmente por Chile, por Valparaíso, lquique y Antofagasta. Conclusión No se agotan aquí los temas que intervendrán en nuestras relaciones en los años noventa. Como países dinámicos que somos -dotados de pueblos con mentes creativas e innovadoras, enemigos del inmovilis– mo, Con ansias de alcanzar nuevos peldaños en la escala universal, /30/

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