Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

RELACIONES CHILE-BRASIL EN LA DECADA DE LOS NOVENTA Junto a los aspectos de comercio exterior, de cooperación em– presarial, a las políticas de inversión y a la integración física, debemos también considerar a la ciencia y la tecnología como uno de los factores prioritarios a contemplar en nuestros procesos de crecimien– to y desarrollo armónicos. La época que vivimos tiene el signo de la ciencia y la tecnología como elemento fundamental. . Es claro que cualquier proceso de desarrollo e integración pasa por la circunstancia de que los sectores que producen inteligencia aplicada en cada uno de nuestros países deben establecer un diálogo permanente destinado a enfrentar los tiempos que se evecinan en las mejores condiciones posibles. Ya no basta producir; hay que producir bien, hay que inventar lo mejor. No hacerlo, equivale a entrar en una nueva forma de dependencia, tal vez la más grave de hlS que ya hemos conocido. Ese diálogo pasa por las universidades, centros de excelenCia de nuestros países. Pero no termina allí. Hoy las empresas que desean tener un lugar en el comercio mundial saben que deben invertir en ciencia y tecnología y, de un modo u otro, crean o se asocian a centros de investigación. Hoy comprendemos que la inteligencia aplicada ya no es un lujo sino una necesidad. Es por estas consideraciones que se incluyó en este Seminario un capítulo especialmente dedicado a abordar los aspectos y 'proyec– ciones de la cooperación científica y tecnológica. Debemos incursio– nar en el establecimiento y desarrollo de nuevas formas de inter– cambio y diálogo académico entre las universidades del Brasil y de Chile, con la finalidad de que, dentro de la natural y sana diversidad de nuestras instituciones, se produzcan nuevos aportes para una acción conjunta en las diversas áreas del conocimiento. Mi distinguido colega, el Embajador de Brasil en c:hile, es una personalidad tan calificada en estas materias que nos asiste la segu– ridad de que durante su misión tendremos la mejor garantía de que los lineamientos de la cooperación técnica entre nuestros países lograrán también niveles de escelencia en la década de los noventa. La Agencia Chilena de Cooperación Internacional (AGC1) y la Agen– cia Brasileña de Cooperación (ABc) han trabajado intensamente durante este año para identificar, seleccionar y desarrollar lo que el próximo año 1992 será un programa de acción en el ámbito de la cooperación técnica, práctico y realista, que beneficie a sectores concretos en nuestros respectivos países. Programas similares espe- /302/

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