Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

\, "\ - ,J ' . '",' RELACIONES CHILE-BRASIL EN LA DECADA DE'{.QS NOVENTA \ \ ' " don Félix Nieto del Río, el ex Presidente don Gabriel González Videla y nuestro contemporáneo amigo don Raúl Rettig. El ejercicio académico en el cual hemos participado en estos días constituye el deseo, interés y también el compromiso de dar a la relación global.de Brasil y Chile nuevos niveles de excelencia dentro de la propiedad y buen auspicio en que ellas se, han desenvuelto siempre. En esta oportunidad el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, con la colaboración de la Agencia Brasilera yChilená para,la Cooperación Internacional, ha reunido a un selecto y ampli6 grupo"'que en un espíritu de inteligencia y objetividad, ha dado su visióQ:en las variadas áreas que constituyen hoy las relaciones internacionales, en lo que se refiere y son aplicables en este caso a ;-2hile y 6rasil. " El orden internacional que se perfila en las próximas décadas está regido por signos que para algunos puede significar una mani– festación hegemónica. Esto puede ser así, pero también un ciclo de preeminencia en el orden internacional puede involucrar, como ha ocurrido en el pasado, una etapa de estabilidad auspiciosa para el progreso y el desarrollo. Está en nuestras manos el qlle con perseve– rancia e imaginación y, por sobre todo a través del diálogo y la cooperación, transformemos esta nueva era en un período de moder– nización espiritual, cultural y material de nuestras naciones. Chile y Brasil en la década de los noventa tienen un desafío por delante, no sólo enel ámbito bilateral expresado en las diversas áreas que en este foro hemos analizado, sino también en núestra región y el mundo. La moderación de la diplomacia brasilera y chilena han significado un aporte ponderado y de equilibrio muchas veces en el diálogo de las naciones. Por ello, vemos con optimismo la intensifi– cación de la -cooperación, el intercambio y profundización de los vínculos chile;no-brasileros; y la reinserción de Chile en los foros formales e informales a escala regional y mundial. Vemos también con interés y aliento la participación creciente de todos los sectores de la vida nacional de nuestros países en este desafío de buscar niveles superiores en nuestras relaciones. Hoya la diplomacia se incorporan todos los ámbitos del queha– cer nacional, más allá de los esquemas rígidos que hacían de esta acción una exclusividad de los gobiernos. Un gobierno democrático tiene la responsabilidad y obligación de presidir, orientar y dar con– tenido a las relaciones que nuestras naciones quieran darse. Elinterés /298/

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