Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

CARLOS PORTALES CIFUENTES los 77 Y por cierto también el que trabajan los embajadores del Grupo de Río en Nueva York. Como resultado de este análisis podríamos vaticinar que a nuestro juicio existen tres tipos de reformas que se proponen al sistema internacional. Me refiero a las reformas de tipo procesal cuya discusión creemos que suscitará discrepancias menores, las de tipo económico que levantarían mayor divergencia y, finalmente, las de tipo político. Estas últimas seguramente darán lugar a extensos de– bates y a prolongadas negociaciones, proceso en el cual nuestro país desea mantener consultas permanentes a nivel de Grupo de Río y de tipo bilateral con Brasil y los demás países de la región. Una posición regional común haría más fácil presentar y defender nuestras aspira– ciones. Inmersos en una realidad de verdadera explosión democrática en el mundo, sistema que reconocemos como el más eficiente para preservar la paz, el respeto a los derechos humanos y el desarrollo económico-social de nuestras naciones, el compromiso democrático de Chile está más vigente que nunca. Creemos que en una sociedad internacional en que primen los valores democráticos, las posibilida– des de tensiones y conflictos internos e internacionales deben redu– cirse drásticamente. Los países de nuestro continente y, por cierto, Brasil y Chile, adquirimos o reafirmamos nuestro compromiso con la democracia durante la pasada Asamblea General de la OEA. El Compromiso de Santiago con la democracia debería ser imitado en su espíritu e intención por las Naciones Unidas. Creemos que tal como en una América Latina democrática los peligros de conflicto van disminu– yendo, en unas Naciones Unidas en donde las principales potencias adhieran a estos principios, la convivencia internacional se verá vigorosamente reforzada y el mundo tendrá mejores oportunidades para terminar con el subdesarrollo. Chile y Brasil tienen un amplio campo de cooperación en este horizonte. /289/