Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

AMAURY PORTO DE OLIVEIRA verdadero programa de acción diplomática en la orientación arriba señalada y la siguió al pie de la letra. El establecimiento de relaciones diplomáticas con Corea del Sur y la intensa cooperación económica ya iniciada entre aquel país y la Unión Soviética dan testimonio de la determinación de Moscú en su búsqueda de incorporarse en el Asia-Pacífico. Y cuando aún vestigios de la Guerra Fría bloquean un entendimiento diplomático más sólido entre la Unión Soviética y Japón, ya es considerable el comercio regional entre los dos países en el área del Mar de Japón. El territorio soviético de Primor, del cual es capital Vladivostok, se va transformando rápidamente en una zona económica especial, del tipo chino. El desarrollo económico del Asia-Pacífico se volvió un factor de paz, en la región y en el mundo. De acuerdo a lo que recalca en un reciente artículo, el profesor Hanns W. Maull establece que tras el nuevo vigor del Asia-Pacífico está el ascenso de Japón a la posición de potencia civil. Maull distingue Japón y Alemania como las prime– ras potencias civiles de la historia, situación a la que los dos países llegaron a través de procesos históricos específicos, pero de gran paralelismo, puestos en marcha al finalizar la Segunda Guerra Mun– dial por el empeño de Estados Unidos de estructurar la economía mundial y contener el comunismo. Tanto Japón como Alemania aceptaron, en aquel entonces, renunciar a políticas de defensa autó– nomas. y "ese paso monumental transformó profundamente las relaciones internacionales (...), impulsándolas en un sentido de un orden internacional creadogracias a dependencias recíprocas mutua– mente aceptadas".1 El desarrollo económico del Asia-Pacífico surge, también, co– mo componente fundamental de la transformación paradigmática que está ocurriendo en el mundo. En eso reside el segundo orden de procesos que deseo evocar, remontándome a la crisis de la energía de los años setenta. Japón derrotado fue llevado a reindustrializarse según el modelo americano de la Segunda Revolución Industrial, modelo conocidamente derrochador de energía y recursos naturales. Bajo la presión de las autoridades americanas de ocupación, Tokio .debió abandonar el control nacional de la base energética, abriendo las puertas del país al petróleo anglosajón. La dependencia de Japón ante la energía importada saltó del 24%, en 1955, al 90% en 1973. El petróleo representaba el 77% de esas importaciones. Cuando a fines IForeignAffain¡ Winter, 1990/91. 12551

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