Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

JAVIER ILLANES FERNANDEZ Por cierto, la materialización de las vías transcontinentales conlleva el desarrollo de inversiones en infraestructura caminera y ferroviaria y, en mucho menor grado, portuaria. Pero en lo esencial no se parte de cero, puesto que lo que falta es mucho menos de lo que a primera vista parece. Hay bastante realizado y, en general, es posible unir Brasil con la costa chilena tanto por ferrocarril como por vía carretera, sin soluciones de continuidad. Con mayor razón son factibles los modos mixtos de transporte. Más que de la construcción de obras, se cree que la concreción , de las vías transcontinentales dependerá de que efectivamente se , establezcan empresas operadoras de transporte internacionales, ca~ , paces de ofrecer al usuario un servicio atractivo sobre la base de las mismas; pero esas empresas s6lo surgirán si a nivel de países se dan las condiciones de confianza mutua, armonía, coordinación yestabi– lidad, que son prerrequisitos indispensables para el desarrollo de la : actividad privada en el ámbito internacional. En suma, existe el : convencimiento de que para que se plasmen las vías transcontinen~ tales de conexión, son indispensables señales claras e inequívocas de que los gobiernos persiguen políticas de integración. De ahí, enton– ces, las referencias a las Declaraciones Presidenciales Conjuntas que se hicieron al comienzo. Naturalmente, el enunciado de propósitos de integración no resulta suficiente. Tienen que traducirse en un normativa internacio~ nal adecuada y eficiente. Ese es precisamente el papel que deben cumplir las entidades estatales de los países interesados, coordinadas por las respectivas cancillerías. El resto es tarea para los agentes privados. Con todo, un factor no despreciable que ha conspirado y cons~ pira en contra de las consolidación de las vías transcontinentales es la falta de conocimiento, especialmente a nivel de los potenciales usuarios, acerca de lo que hoy se puede ofrecer en cuanto a infraes– tructura ya existente y que, con arreglos y adecuaciones de enverga– dura menor, estaría en condiciones de servir, a muy corto plazo, para el establecimiento de un flujo de transporte terrestre entre el Brasil y otros países de la vertiente atlántica y las costas de Chile. \ El objetivo fundamental que se persigue es el establecimiento ! de un flujo de transporte entre los extremos anotados, para las exportaciones e importaciones hacia o desde ultramar. Confirma tal expectativa el incremento progresivo del inter– cambio bilateral terrestre entre Chile y la Cuenca del Plata, a través /201/

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