Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa
CRISTIAN ZEGERS ARIZTIA dejar planteados algunos elementos de la. función general que corres– ponde a la prensa ya los medios de comunicación en el desarrollo de los negocios entre los dos países. Función de la prensa es dar, por ejemplo, una noción clara de las raíces profundas de la sicología y conducta del país con el que queremos complementarnos. La complementación económica, en efecto, exige un nivel mejor de conocimiento en las capas de indivi– duos llamados a concretar iniciativas y negocios comunes. En caso contrario, ¿cómo será posible tener una mentalidad negociadora flexible? La prensa, por su naturaleza, es la primera que percibe el recelo provocado por los procesos de complementación económica en los sectores de intereses que, de antemano, se sienten perjudicados; pero también la prensa es la que entrega la mirada más general, la que !lace ver lo disparatado del intento de construir un futuro por separado. En todo caso, un principio básico para tener en cuenta es la conside– ración de la globalidad de los intereses de uno y otro país a fin de alcanzar los objetivos comunes en forma equilibrada y armónica. La prensa puede prestar una interesante contribución a este propósito. Una batalla tan compleja como la complementación económica no se gana por voluntariedad. Es indispensable el espíritu crítico; es preciso dar la explicación de procesos complejos. Y ello es más difícil sin la participación activa de la prensa, especialmente de la prensa escrita, por la permanencia de su contenido, por su apelación a la racionalidad y por la reflexión que proporciona a los sectores dirigen– tes, todo lo cual es indispensable para remover prejuicios y abrir nuevas corrientes de negocios. Permítase agregar aquí que la información de prensa debe discurrir en un terreno de fuerte desconocimiento recíproco cuya solución distante, cae de lleno en el terreno de las nuevas orientacio– nes de los sistemas educacionales. Pero, entre tanto... los medios de comunicación pueden aminorar estas debilidades. Los países que hoy forman la próspera y vigorosa Comunidad Económica Europea par– tieron de un punto inicial muy distinto de información respecto de su mundo interno. Nuestra convicción se resume en algo muy simple: los medios de comunicación no pueden seguir iguales con respecto al otro país, tanto en la cantidad de información sobre la relación chileno-brasi– leña, como en su importancia. /183 /
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