Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa
,. RELACIONES CHILE-BRASIL EN LA DECADA DE LOS NOVENTA i) El transporte, donde el uso del medio se regula según quién preste el serviCio (nacional o extranjero), pero independiente– mente de asegurar tratamiento similar al de las mercaderías (dónde se produce). En efecto, las regulaciones o no protegen del todo o protegen con todo; se encuentraQ plagadas de liberta– des, reciprocidades, reservas de carga, etc., que no expresan fácilmente sobre los precios, ni aseguran tratos económicos ade– cuados y justos entre los oferentes de un país y los extranjeros que no lo producen en ese territorio. ii) Los servicios profesionales donde, al igual que en el caso anterior, las opciones instrumentales se inscriben en el campo de las barreras no arancel~rias en forma binaria. Un ingeniero extran– jero no puede ejercer en el territorio nacionflJ servicios profesio– nales porque no tiene título de u~a universidad local y cuando produce el servicio en el extranjero y lo importa, no puede hacerlo o lo hace sin la debida protección a]a producción nacio- Ml . A este respecto, en el caso específico de Chile, un porcentaje significativo del presupuesto de obras públicas del gobierno es realizado por empresas extranjeras que importan servicios elabo– rados en otros territorios. En ciertos casos, estas empresas han ganado licitaciones con financiamiento de organismos interna– cionales las que han sido objetadas por las empresas locales, en función de que no pueden ejercer estos servicios en el país con técnicos extranjeros sin títulos revalidados. A su vez, los organis– mos internacionales que desean hacer rendir los fondos escasos de que disponen y que tienen su origen en los gobiernos de otros países, no están dispuestos a pagar más ni a privilegiar a otros oferentes. En relación a este punto, recientemente se ha presentado un proyecto de ley al Congreso, para aceptar en estos casos servicios importados. Ello desprotege a las firmas locales y cabe en conse– cuencia preguntarse acerca de la conveniencia de usar un meca– nismo más funcionaI.Por ejemplo, un arancel de 11 % al valor del servicio importado protege mejor y es compatible con lo que en relación a las mercaderías aceptan como criterios válidos dichos organismos internacionales. iii) Las negociaciones en el área de los servicios en el GA1T también nos muestran que ellas se desarrollan por el camino de las barre– ras no arancelarias. Si bien Chile ha presentado una propuesta /172/
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