Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa
RELACIONES CHILE-BRASIL EN LA DECADA DE LOS NOVENTA respecto de la posibilidad de avanzar en temas específicos de la política y la economía, tanto en el plano multilateral como en el bilateraL ,,: <, • . Al preparar el esquema de trabajo, surgió la necesidad de incorporar en esta agenda los temas de la integración física que dan una dimensión apropiada a la vinculación geográfica Atlántico;-Pa– cífico, por medios de transporte eficaces y ppr vías expeditas. Se reitera y, así lo demuestran estudios recientes, la atracción que ofrecen los puertos del Norte chileno, en especial, Arica, Iquique y Antofagasta, para concebir nuevas formas de integración física. Se manifiesta en época más reciente un interés claro y sostenido de los Estados de Río Grande do Sul yMattoGrosso do Sul, en esta materia. Asimismo, ha habido avances normativos considerables en cuanto a transporte terrestre, como lo revelan los últimos acuerdos de 1989. Sin embargo, no se trata de una conexión fácil por lo que se plantea un vasto campo para la negociación entre ambos países, en el marco del Cono Sur. Esta óptica de la relación bilateral tiene una gran adhesión en Chile, donde existe más cautela para evaluar el acercamiento inme– diato del país al MERCOSUR, del cual forman parte Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Chile enfrenta la necesidad de impulsar una segunda fase en su proceso exportador, mostrando una economía abierta al mundo; en esta etapa, el componente tecnológico es fundamental. Es un área en que la relación bilateral, por la vía de las inversiones, las privatizaciones o la cooperación avanzada en materia de ciencia y tecnología tiene un gran interés, sin necesariamente comprometer desde el inicio grandes proyectos institucionales. Es también un ámbito que debe ser atendido por la Universidad. El acento en los ámbitos económicos requiere de una. revisión paralela de los aspectqs políticos fundamentales de la relaciÓn, en los cuales, la necesidad de una convergencia de puntos de vista y coor– dinación de posiciones, es esencial para la eficacia de las iniciativas que ambos países emprenden en el ámbito multilateral. Materias como Antártida, medio ambiente, el futuro ajuste de la Parte XI de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el Tratado de llatelolco, resultan de evidente interés. La consulta política acerca de una cuestión tan central para el orden mundial como es la reforma del sistema de las Naciones Unidas y las iniciativas en materia de seguridad acerca de la venta de armas y la transferencia 112/
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