Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa
DANIEL BIRMANN Debemos buscar modos de integración que posibiliten nuestro fortalecimiento en las futuras negociaciones con los mercados a nivel internacional y que resulten en un mutuo desarrollo empresarial y social. Necesitamos utilizar nuestras capacidades instaladas para . desarrollar estrategias comunes que permitan maximizar ventajas. Además, si el proceso de integración trae visibles beneficios en la capacidad de competir internacionalmente, genera, por otro lado, entre las economías nacionales involucradas, competencia saludable para su desarrollo. Sin embargo, en la defensa muchas veces prematura y precipitada del fomento a la competitividad entre las diferentes economías nacionales, algunas personas se apresuran a defender la liberación generalizada e inconsecuente del comercio como factor inductor mayor de los objetivos pretendidos. Los procesos de integración pasan, en su límite, por el desman– telamiento del instrumento de la reserva de mercado. Sin embargo, tenemos que cuidar juntos para que no se destruyan los parques industriales creados bajo su tutela. Fuimos invitados para hablar en representación de Coplasa, pero no podemos dejar de abordar este tema más amplio. El principal Ítem en el intercambio comercial chileno-brasileño es el cobre. El grupo ARBI tiene intereses en este sector en los dos países. Por tal motivo, nos sentimos autorizados para relatar nuestras experiencias. Chile, agraciado por condiciones especialísimas, tiene ventajas comparativas en la producción de cobre primario. Algunas son las ventajas naturales: de localización de las fuen– tes de abastecimiento, de integración mina-refinería, de proximidad con los puertos, entre otras. Estas ventajas naturales, vistas bajo la óptica de socios y no de competidores nos indican la existencia de un gran potencial que podremos explotar juntos, chilenos y brasileños. Brasil tiene un gran y promisorio mercado, una importante capacidad instalada de fundición y refinación y se sitúa en la costa atlántica, en la ruta hacia Europa. Dentro de una estrategia común, esta capacidad puede ser de gran utilidad recíproca dada la actual restricción existente en la capacidad mundial de fundición, que alcanza, incluso, fuertemente a los productores chilenos de concentrados. /117/
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