Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

REtACIONES CHILE-BRASIL EN tA DECAOA DE LOS NOVENTA El mundo camina hacia un proceso de globalización, que es elogiable. Nuestra región no tiene tiempo para perder; necesita reaccionar rápidamente, debatiendo y negociando la integración regionaL Sería ocioso extendernos en cuanto a las ventajas económicas de esa aproximación. Nuestra presencia en Chile es ciertamente un testimonio de nuestra creencia en esas ventajas. El grupo ARBI se anticipó a este movimiento y, pensando que las empresas y los capitales deben buscar las mejores oportunidades, se instaló en Chile, en 1987, cuando adquirió la empresa metalúrgica Coplasa. Desde entonces, hemos invertido en la modernización de la empresa y en una nuevá línea industrial. . . Otras empresas de nuestro grupo sistemáticamente han man· tenido un expresivo intercambio comerciál en Chile, ya sea a través de la exportación de productos o a través de la importación masiva de insúmos. . Durante el año pasado, el comercio entre Chile y Brasil promovido por nuestras empresas totalizó cerca de 200 millones de dólares, de los cuales 195 millones cOrrespondieron a productos importados desde Chile. . NueStras empresas compran más del 40% del volumen total de las exportaciones chilenas destinadás a Brasil. . Hoy, Caraíba Metais es, a nivel individual, si no la mayor impor– tadora de concentrado de cobre chileno, sin duda una de las prin– cipales. Adicionalmente, estamos participando también en el proyecto de construcción de una nueva refinería de cobre en Chile, la Fundición y Refinería el Pacífico S. A, en sociedad con ENAMI, la ACEC Union Miniére, Lac Minerals y Sudmetal, para producir 200 mil toneladas al año de cobre fino, con una inversión estimada de 500 millones de dólares. No obstante nuestra visión favorable al acercamiento, creemos que es oportuno alertar que el proceso de integración de los países tiene mucha más fuerza y sentido irreversible, cuando la sumatoria final resultante de las integraciones es mayor o, en un caso extremo, igual a la suma de las partes involucradas. Pienso que las autoridades, los empresarios y en general las sociedades de ambos países están motivadas por esta resultante. Integrar para sustituir producciones no deberá ser nunca el objetivo final, pues su efecto podrá ser inhibidor y fuertemente desagregador. /116/

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