América Latina: ¿clase media de las naciones?

dencias, aquellos orientados a macroproblemas los refutan o plantean nuevas alternativas. 2 Una lección concreta a nivel teórico que se aprende al observar estos análisis es la carenda de una transcontinentalización de proyec– tos e instituciones que fomenten el mejor entendimiento entre intelec– tual'es de Asia y América btina. Al comparar la biografía política de nuestra región con la de Asia, ésta aparece examinada por autores extranjeros, mientras que en el caso de India y Japón han existido contribuciones de carácter autóctono en el campo ideológico, político, religioso que nosotros no hemos cultivado suficientemente. La impor– tancia de BartoJomé de las Casas, Bolívar, Bello, aparece menos resal– tada que los aportes de los pensadores en el contexto oriental. L'Os mensajes de Nehru, Gandhi y del Hinduísmo, Budismo, Taoís– mo, Confudanismo, Maoísmo son expresiones socioculturales que re– presentan .de alguna manera el desarroUo intelectual y moral de esas civilizaciones. En el caso de Japón y China es más crítica la situación de desconocimiento por nuestra parte. En EE. UU. sólo un 5% de las universidades tienen un Departamento de Asuntos del Japón; 2.000 académicos hablan japonés, 1.000 lo leen; en América I.atina esta situación es deplorable al nivel académico e incluso di,plomático. 3 Los estudios de la cultura y política china y japonesa es cierto que han crecido bruscamente, pero su producción, salvo excepciones, ha tenido una orientación más bien geopolítica y de servicio al diseño de la política exterior norteamericana. En este sentido Francia e In– glaterra han logrado avanzar más, pero sus resultados no han sido suficientemente procesados por los latinoamericanos. En América Latina se cuentan con los ,dedos de la mano los centros académicos dedicados 'a los asuntos asiáticos y ello ensancha la brecha de comunicación y probable entendimiento entre nuestros pueblos. Al nivel teórico, es útil aprender estas lecciones por cuanto sirven para ampliar y a autocriticar cierto parroquialismo ideológico que ha pre_ dominado en las Ciencias Sociales, en particular la Ciencia Política, en materi!a de estudios asiáticos. Desde otro punto de vista, al examinar los logros intelectuales de India, China y Japón nos hace ahondar la preocupación por la falta de "memori:a intelectual" que predomina en nuestra región a raíz de 2 Ver Johnson, Chalmers "Political Science and East Asían Area Studios", World Politics, Vol. XXVI, NQ 4, July 1974, pp. 560-575. Chong Do Hah y Jeffrey Martin "Toward a Synthesis of Conflict and integration Theories of Nationalism", World Polities, XXVII, NQ 3, pp. 360-386, p. 36!. 3 Según versión del Profesor Chihiro Hosoya, el número de estu– diantes enrolados para aprender inglés en EE. UU. ha crecido en varios niveles. Ver: Gibney Frank, Japan: The Fragile Super Power; Charles E. Tutt1e Co., Tokio 1975, pp. 38-39. 88

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