América Latina: ¿clase media de las naciones?
~has reyoluciones, las más, no se intentan contra ,1(>5' regímenes juri– dicoscuando ,éstos permiten expresar adecuadamente· a.. la comunidad. Son obra de la firustracÍón de una· participaci6n impedida, se realizan contra: la violaóónde derechos humanos que son los propios de la civilización humanista occidental. Pues bien, el sentir estos valores co– mo elemento cultural básico hace que cada uno de los latinoamerica– nos sienta la dignidad de ser humano, tal y como ello se concibe den~ tro de esa civilizaci6n. Pero la ausencia de tundamentos económicos y sociales que sostengan esos valores es la raíz de las dificultades, ten– siones y rupturas que tenemos a la vista. Las tensiones por Iogur. ser, más que por tener, mmpen' el consenso. social y s610 algunos .grupos que pueden realmente hacerse respetar por la fuerZa quedan incorpo– rados al derecho y a la ley, mientras la gran mayoría mira a la distan– cia la posibilidad de alcanzar las ventaj as de esta civilización. Si pre– tenden reclamar para sí la cuota que les pertenece, se encuentran con que las pequeñas minorías son las que poseen la fuerza para sostener lo que se da enUátriai él orden. 'Por ello es que tina política de dere– chos humanos en nuest!ro continente es tan necesaria y está tan vincu– lada al desarrollo. Pero qui,en 'no sepa mirar podría creer que esa apariencia de orden es una expresión de estabilidad y no verá la tensión irresistible que ·se genera' al oprimir a un hombre en evolución, al hombre amerÍeano. No verá, que la pasividad a veces sólo esconde la espera antes del rap– to de rebeldía. El americano no cesará de buscar a vecesimpercepti– blemente, otras en violentas expresiones, formas de conveniencia que durante .este siglo no ha siquiera definido, menos aún encontrado. Ese destino que buscamos y tend'remos será sí un destino diferencia– do. Quiero decir con ello que no es posible, como s·e piensa en algu– nos centros polfticos, académicos o burocráticos, que todos los pue. blostengan un mismo tipo. de desarrollo, deban seguir un mismo mo. delo, como· si todos fueran iguales y no tuvieran diferendas. Pero esta diferenciación es una característica que se da en el mismo momento en . que se acumulan los factOl!es de unidad. Me explico: en el· mismo período en que el poder se concentra en -el mundo y dentro de las na– don·es en el Estado o en las grandes corporaciones, el ser humano, las pequeñas comunidades, buscan su individualidad, luchan .por prote. ger su 'autonomía esencial. Es así como, por ejemplo, en el mismo mo. mento en que Europa 'se une, se hacen presentes los regienalismos eu– rapeos;en el mismo momento en que Gran Blretaña se ¡ncor:pora al Mercado Común; el Gobierno de ese país se ve obligaqo por razones culturales a dar ciertos niveles de autonomía a regiones importa:ntes del reino: Es la misma situación de Francia y, definitivamente, es el proh>lema de la nueva democracia española. El casase repite.en mu– chos otros países donde el proceso de unidad va· aparejado, al mismo tiempo, con la búsqueda de ciertos tipos de autonomía que .baganposi.
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