América Latina: ¿clase media de las naciones?
ci6n de. los· recursos, en la escogencia de la tecnología y en el cuida.. d<J <le la vocación de cada pueblo que exige ser· antes que- tener.• Es por ello que la prédica de la interdependencia -que es una realidad óbjetiva- como la pan.acea que hará. un mundo igual y por lo tanto feliz, dominado por la tecnología de los centros, se estrella contra la voluntad irreductible de las na'CÍones y de las regiones y de los hom. blres que requieren, como oxígeno vi.tal, una autonomía, capacid.ad crea. tiva propia y respeto a sus derechos. ¿Cuáles son las bases de un cambio de estilo que produzca no SQ– lamente un distinto signo en cuanto a la orientación del desarrollo, sino la satisfacción de necesidades básicas, que es lo que da sentido a la calidad de la vida? No cabe duda que ellas tocan derechamente a la estructura politica de .la nación. Es automática y necesaria la vincu. lación de causalída.d entre el estilo de desarrollo prevaleciente en lá. América Latina hoy día y I.a creciente ruptura del consenso social que ha entronizado, en tantas partes, regímenes que limitan de una mane– ra u otra las libertades fundamentales, tratando de poner "orden" en la economía en esas sociedades. CONSENSO, DEMOCRACIA Y LIBERTAD Me quiero referir concretamente al hecho de que la ruptura de. mocrática que se ha estado produciendo en los últimos tiempos en la América Latina no es la tradicional que correspondía a la voluntad de un matón que en un momento dado as-umía el mando por vanidad o ambición de poder. Esta otra ruptura es más profunda porque es el resultado de un vado de consenso. Es obvio que si del esfuerzo na– cional se v,an a beneficiar sólo unos pocos, nunca se ha sabido que es– tos pocos repartan después su poder político o financiero, si la mayo. ría no está organizada o si:Ienciada o si el Estado no interviene dispo. niendo de .los excedentes. La IfUptura a la obediencia a la leyes co– rriente porque la leyes mejor para un'Os que para otros. Se da freo cuentemente el caso de que el Estado no protege al débil contra el fuerte, sino paradójicamente, la protección la da al fuerte porque está organizado mientr.as los débiles, los más, no lo están y porque l'Os dé– biles, en sus demandas, atentan contra el sistema. Y a veces Dios de. mora en ayudar a los más contra los menos, que tienen estructuras nao: donales e internacionales de protección. Es curioso comprobar cómo Jos procesos revolucionarios de nues. tros paises han sido motivados -yo dilfia en su mayoría- por el, re. clamo de la libertad garantizada en la letra de todas Jas Constitucio– nes y no cumplida; por -la .aplicación de principios generalmente acep– tados en el mundo occidental, pero no practicados en esos, países. Mu.
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