América Latina: ¿clase media de las naciones?
a· nuestro desenvolvimiento. humano. Por ello somos aún seres Ína. cabados. . ·Por.f!star aún creándonos, nuestro juicio colectivo sobre el pro. pósito y sentido del hombre en nuestra sociedad no tiene certeza, ni carácter definitivo. No tenemos confianza en dennDr nuestro lugar en el mundo porque no estamos seguros de nosotros mismos. Somos escépticos, cuando no temerosos, frente al elogio o a las criticas since. ras de los hechos humanos y sólo en lo profundo de nuestras con. dencias admitimos -el juicio como un ensayo de aclarar nuestras res– ponsabilidades. Pero en el suceder de estos juicios personales, en la agitación· por corregir la injusticia, en la organización por alcanzar la libertad, en la lucha por respetar la dignidad en movimientos abier. tos o imperceptibles, hay una fuerza tremenda que emerge auténtica, indetenible. Estas características están en el germen del hombre americano, capaz de crear una sociedad que anime la espontaneidad, que sostenga la tolerancia y que genere la soIidaddad. Si damos real sentido a nuestra mirada, podemos formubr nues– tro destino. Al intentar descubrir el destino que nos es posible y los elemen. tos en que está su germen, deseo concentrarme en el hombre, inter– pretándolo como esencialmente libre. como un ser creativo y, lo que es más importante, autocreativo. Un ser humano capaz de cambiarse a sí mismo y de cambiar el ambiente en que vive. Si me desean cla~ sificar me adelanto a decir que mi pensamiento es voluntarista, orien" tado a la acción y alejado del determinismo. Continuemos la exploración de nuestro destino analizando el peno samiento y los hechos como hoy día se mendonan. DESARROLLO CON SENTIDO HUMANO Durante muchos años se trabajó con la idea de crecimiento. que sólo ha indicado en la práctka una suma de bienes y servicios. medibles económicamente. Pronto se encontrarOn deficiencias muy profundas en la idea de que el orecimjento económico era suficiente para medir las dimensiones rea.les de la evolución dd proceso humano, colectivo o individual. Y fue así como se avanzó del conc·epto de crecimiento al de desarrollo. Pero, aunque desde hace lLlgunas décadas se habla de desarr:ollo, éste concepto ha seguido explorado y verificado en tér. minos de crecimiento económico, es cierto que con algunos aditamen. tos soci$les, pero en definitiva, en estos campos del crecimiento y del desarrollo los que inspi1ran, deciden y. después miden han sido .105 economistas, que han determinado. que la carga de valorización de
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