América Latina: ¿clase media de las naciones?
inidado en él senóde las Naciones Unidas y proy~ctando. a UNe. TAO, los organismos financieros internacionales, las conferencias es– pecia'liztadas y muchos otros foros.. Cabe incluso recordar' que la pro. pia creación de laOrganiz.ación de la Unidad Africana y de otros orga. nismos region,aIes, como el Banco Asiático, ha sido asistida por figu. ras latinoamericanas. De esta manera, la ¡,ndispensable conciencia pro– letaria de cuya existencia depende la factibilidad de una ,alianza de la das'e media, fue estimulada por Amérioa Latina durante varias déca. das.. Hoy día esa conciencia está suficientemente desarrollada como para hacer viable la aJianza en cuestión. Este proceso de formación de conciencia internacional viene siendo protagoniza:do por América Latina desde hace años. Como se' .adelan. taba, las prinoipales iniciativa:s de reforma del sistema internacional a partir ,de l.a Segunda Guerra Mundial encuentran su origen ~n los países latinoamel'icanos. Las iniciativas de reforma comercial plantea,. das con ocasión de la creación del GATT Y posteriormente desa.rro~ Ha:das en el seno de esre organ,ismo, ,la subsecuente creación de UNCTAO, el cuestionamiento de los sistemas de asistencia para el desarrollo, la creación de mecanismos como CIPEC y OPEP, Ja re. mática del control de las emFresas tránsnacionales, la ("oncepdón <le ta 'Sober·anía permanente sobre los recursos naturales, el nuevo <lere– cho del mar, y en general la constante ~dvertenda sobre el <lrama <ld desarrollo 5'On, entre muchísimos otros, ejemplos <le una acción latino. amel1Ícana que sentó las bases' pam la reestructuración del sistema económico j;nternacional, en cuyo contexto surgió' la concepción de! nuevo orden económico y del diálogo Norte-Sur. . . Por otra parte, como también sé indicaba,el fenómeno de una clase med¡'a internacional no sería exclusivo de América Latina, pues también hay otros países que en alguna medida comparten esta pers. peclJiva. Ello viene a contribuir todavía más a la factibilidad de un'aestrecha alianza con el Tercer Mundo, por cuanto sus bases po– drán encontrar rarees en diferentes regiones y no sólo en América Latina. Los próximos años serán ciertamente los decisivos en este proceso de materialización de las opciones de América Latina. Las tendencias actuales y, sobre todo, el hecho de que la élite mantenga una rigidez polítka y económica en el sistema internacional~ dererminadan que América Latina consolide su alianza con el Tercer Mundo. Desde lue. go, eSta alian2la ya está daramerité concertada al' nivel 'de los postula– dos generales y sus correspondientes marcos de acción, quedando sola. menté pendiente su concertación al nivel de los compromis~ especifi. cos, que es el pla:no donde hasta' ahora se observan d·iferencias de 25
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