América Latina: ¿clase media de las naciones?
la ayuda externa' de las" nadones desarrollad'as, que afecta particular– mente a América Latina, 16 son algunos.indicadores, entre muchos otros, que muestran la falta de acomodo de esa clase media por parte de 113. élite. Incluso, la credente discriminación en contra de América Latina se fundamenta, precisamente, en el argumento de que su ma– yor desarrollo relativo le permitiría solucionar sus problemas sin la Cooperación prioritaria de b.s naciones industrial'¡zadas~ 17 .' El problema es todavía más complejo, pu~ si a la reacci6n econ6- mica de la élite se agrega. su reacó6n política, sé podrá observar que incluso el vínculo ideo16giCo de América Latina resulta un tanto mí– tico. En efecto, no obstante que la mayoría de los gobiernos militares en América Latina invocan como su principal razón ·de ser la defensa de los valores ocCidentales, este argumento no es obj-eto de la menor atención por parte de l·a élite occidental, que percibe la defensa de sus valores de una manera radicalmente diferente. De ahí que la afinidad politica de hecho no existe entre la élite y un sector>' importante de América Latina: En consecuencia, mal podría serV'ir de fundamento á . loa materializaci6n de una .alianza, aun cuando, como se verá, tam. poco significa necesariamente un obstáculo. De esta manera, Améric,a Latina se encuentra enfrentada a las vi– ciSItudes típicas de una clase media que aún no ha l.ogrado consolidar su posici6n y carece, por l1an.to, de un poder de negociación decisorio. ES,ta situación se <:aracteriza por un cierto gr.ado de abandono y es particularmente manifiesta en períodos de crisis económica, como los que vienen caracterizando a la comunidad internacional en la presón. té déc·ada. Por una parte, la éLite goza del poderío suficiente para mantenerse relativ·amente al margen de la cris·is, o al menos para pa– liar sus efectos. Por otra parte, el sector proletario es objeto de una atención preferente para ayudarle a paliar los efectos de la crisis a su respecto. Resulta así que es la clase media la que recibe el im. pacto directo y sufre las consecuencias sin más paliativos que los que eUa inismapueda pro'poroionar. Cabe observar que este fenómeno no s610 es el fruto de la posición de la nueva élit·e petrolera, como queda demostrado por los criterios de distribución ·de los fondos de asistenCia de OPEP.18 ·16 Cuadernos de la CEPAL: Las evaluaciones regionales de la estra- tegia inter:naeional de desarrollo, Santiago, 1975, p. 15. . 11 Para una discusión sobre la necesidad <le concentrar la asistencia pÍl.rá el desalToIlo en los países de menor ingreso de la comunidad inter– nacional, Charles R. J:<"rank and Mary Baird: "Foreign aid: its speckled past ar,td future prospects". En Bergsten y Krause (editors.): World Politics ando International Economics, Bro.okings, 1975, pp. 133·167. .' l8 Entre los países que 'recibieron asistenCia de los países de OPEP, en 1974, sólo se incluyen dós de América Latina: Argentina y Honduras. Véase ThéOECD Observer, N9 74.
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