América Latina: ¿clase media de las naciones?

pecto. del país o la perso.na que lidera una iniciativa en relación a la cual se establece la actitud de moderación o de no co.mpromiso. Po.r lo mismo. que las caus'as son muy variadas, resulta difícil gene– ralizar. Así como existen ejemplos de determinadas actitudes d·e mo. deración, hay también una impresionante Jista de materias en que los países latinoamericanos han adoptado posicio.nes de alineamiento total con el Tercer Mundo, muchas de las cuaJes se han originado. en ini– ciativas concretas de la región, según se examinará más adelante. No. obstante ello., no. puede dejarse de reco.nocer la existencia de dife. rencias entre América l'atina y el Tercer Mundo, que son las que ten– derían a co.nfirmar el rol de América latina como clase media inter. nacio.nal. También debe tenerse presente que en ocasio.nes los países latino.americanos se -abstienen de evidenciar su posición de apertura para evitar así roces políticos con el Tercer Mundo., pero. en su inti– midad pueden guiarse por una orientaci6n diferente lo que en defi– nitiva repercute en el resultado final del proceso en cuestión. Cualquiera sea la causa o la intensidad de este fenómeno, el hecho concreto es que, al ser percibida América latina como puente entre tendencias contrapuesta'S, se generan consecuencias de importancia para la región, f,avorables algunas y desfavorables o.tras. En la perspectiva del Tercer Mundo, un primer tipo de reacción lleva a que América latina sea mirada con algún grado. de recelo, al percibírsela en una actitud menos militante o en cierto entendimiento explícito o implícito con naciones que no forman parte de este bloque. Ello es válido res– pecto de Jos entendimientos con las naciones industrializadas occi– dentales, y también comienza a serlo respecto de entendimientos con el bloque soV'iético. Pero, por otra parte, la actitud latinoamericana también despierta en el Tercer Mundo dertas reacciones de acepta.– ción, pa:rticularmente cuando la iniciativa de que se trata ha tenido su origen en algún país de la región. Muchas veces la única manera de llevar un planteamiento a resultados concretos es mediante fórmu– las de transacción, lo que el Tercer Mundo ac.epta y practica. Además hay otros países del Tercer Mundo que comparten igual actitud de moderación, lo que hace que la posición latinoamericana no sea única ni aislada. En la perspectiva de las naciones industrializadas, las consecuencias se plantean en términos similares. Hay quienes ven en la acllitud lati– noamericana el puente que puede Llevar a soluciones mutuamente acep– tables. También hay quienes ven en ello la posibilidad de mostrar al Tercer Mundo dividido y aprovechar este factor para su propia estra– tegia. Pero, al mismo tiempo, hay naoÍones industrializadas que cues– tionan la conveniencia ,de una actitud latinoamericana como la que 17

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