América Latina: ¿clase media de las naciones?

gunos de los' principales países industrializados, hasta estados que es– casament.e reúnen el equivalente de población de una urbe mediana en un territorio de reducidas dimensiones. La aparición de estos "mini. estados", producto de la liquidación del colonialismo residual en la región, hace cada vez más insostenibles las ficciones relativas a ,la igualdad soberana de los estados, al mismo tiempo que afecta el fun– cionamiento de las organizaciones internacionales en que la igualdad formal de éstos sigue siendo reconocida. 2 El segundo elemento se refier·e a la dotadón de recursos rel ni~el de desarrollo, puntos que han concentrado la mayor parte de la dis. cusión 'sobre la coyuntura internacional, por cuanto ha sido en este aspecto que se han producido los cambios más profundos. En el caso de la región latinoamericana, las transformaciones ocurridas en la última década --especialmente el rápido surgimiento de la economía brasileña, el creciente poder financiero y nivel de desarrollo de Vene– zuela- apuntan, como se ha indicado anteriormente, a una mayo! diferenciación de los países de la región. Con esto se comienzan a manifesta.r significativos síntomas de formación de subsistemas en que prevalece la influencia de los estados más poderosos: Brasil intenta conformar una periferia de estados unidos a su sistema económico;. Venezuela proyecta su influencia en el Caribe y el área andina, y México hace lo propio en Centroamérica. De esta manera, resulta evidente la interdependencia entre las po. líticas de desarrollo y las rela.ciones internacionales en la región. Si al a.nálisis anterior se agregan las diferencias en términos de poder mi– litar entre los estados, que en la última década parecen haberse acen. tuado en la región, el cuadro de diferenciación al interior de ésta queda más completo. Normalmente, el factor militar no es objeto de mayor atención en el análisis de la presunta situación de "clase media" de América Latina. Una somera observación del panorama internacio. nal, sin embargo, revela en este aspecto la existencia de una estratifi. cación más compleja que la inicialmente intuida a través de la noción de "posición intermedia". En América Latina, los estados que disponen de mayores fuerzas militares (y de cierta capacidad de fabricación local de armas) se encuentran bastante por detrás de otros estados que, por su posición geográfica expuesta, su participación en determinados con– flictos y/o su pertenencia a sistemas de alianzas, han realizado es. fuerzos militares de consideración. 2 Las proposiciones de encarar el problema de los "miniestados" mediante la creación de la categoría de "miembro asociado" de las Na– ciones Unidas no han tenido apoyo suficiente. Véase Michael Gunter, "What Happened to the UN Ministrate Problem1" American Journal of International La,w. Vol. 71, NQ 1, enero 1977, pp. 110-124. 157

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