América Latina: ¿clase media de las naciones?

especialicen en aquellas actividades para las cuales poseen ventajas com– parativas, integrándos'e 10 más estrechamente posible en la economía internacional. 13 Para los críticos má.s radicales de esta posición, los beneficios que podrían aerivarse de una mayor apertura externa en la práctica se ven bloqueados por las imperfecciones que presentan los mel'Cados, tanto locales como internacionales, y por la presencia de una clase dominan– te de origen transnadonal que actúa como intermediaria entre las eco– nomías centrales y las periféricas. De acuerdo con su interpretación, históricamente esta apertura externa ha s.jgnificado un importante dre– naje de recursos para las economías de los países subdesarrollados, y un factor de retraso. La prescripción es, pues, el delioking, es decir, la segregación de los países en desarrollo frente al sistema capitalista internacional. 14 El programa oficial del Nuevo Orden Económico Internacional se encuentra en una posición equidistante entre los dos extremos señalados. De acuerao con este programa, el desarrollo de los paises periféricos depende de que éstos logren mejorar su participación en el sistema internacional y no, como preconizan los segregacionistas, de su retiro del sistema. Sin embargo, las relaciones Norte-Sur se d'esenvuelven dentro de reglas del jutgo definidas por las potencias hegemónicas, que discriminan en contra de los países más débiles, los cuales por consiguiente requieren de un tratamiento preferencial que sólo puede lograrse a través de un grado considerable de la regulación de los mercaaos. De allí la necesidad de adoptar un programa integrado de productos básicos, un sistema general de preferencias, mecanismos que aseguren la automaticidad del proceso de transferencia de recursos fi_ nancieros y códigos para regular el comportamiento de las corpora– ciones transnacionales y el flujo de tecnologia proveniente de los paí– ses avanzados. Se trata, pues, de una suerte de "social democrada glo~ bal", cuya raíz fabiana fuera señalada -equivocada.mente, a nuestro 13 Esta línea de argumentación se encuentra ampliamente documenta– da en trabajos como los del profesor Harry J ohnson, principalmente en Foreign Economic Polieies for Less Developed Countries, N. York, 1967. 14 Esta escuela de pensamiento se encuentra reflejada con diversos matiees a través de una abundante literatura aparecida durante los úl– timos años. Para una exposición breve y penetrante sobre La materia, ver C. Furtado, Una interpretación estructuralísta de la "Crisis" Actual del Capitalismo, en Estudios Internacionales NQ 30, abril-junio de 1975, y El Reordenamiento de la Economía Mundial, en Nueva Política NI? 4, México, marzo de 1977. En esta última edición, ver también Samiz Amín, Desarrollo Autodependiente. Para un examen crítico de estas posiciones, efectuado desde un punto de vista amistoso, ver C. Diaz Alejandro, Delinking North and South Unshackled or Unhinged?, en Albert Fish– low et. al., Rich and Poor Countries in the World Economy, N. York, 1978. 133

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