América Latina: ¿clase media de las naciones?
Se ha sugerido que en un enfoque más desagregado como el que se propone: a) cada tema debería ser negociado separadamente, b) de. bería establecerse un foro para cada tópico, c) los acuerdos resultan. tes no deberían agregarse dentro de un mismo paquete, d) sólo las partes directamente interesadas deberían participar en las negociado– nes respectivas y e) deberían adoptarse procedimientos que compensa. ran la diferente capaddad negociadora de las partes. 12 Estas sugerencias constituyen el reverso de los esquemas de nego– ciación actualmente vigentes. La utilización de foros más específicos de negociación entre el Nort·e y el Sur no excluye, sino que supone, la existencia de instancias globales que contribuyan a compatibilizar los intereses que se encuentran en juego en dichos foros especializados, y a dirimir conflictos eventuales. Sin embargo, en todo caso, una ma. yor desagregación de los procedimientos y los foros a tra.vés de los cuales se manejan las relaciones económicas entre los países del Norte y los del Sur, parecería altamente aconsejable en el estado actual de las negociaciones. UNA PARTICIPACION SELECTIVA EN EL SISTEMA INTERNACIONAL Conviene ahora examinar brevemente la viabilidad de los princi. pales modelos de orden económico mundial que en la actualidad se encuentran en debate, y que implícitamente inspiran la multiplicidad de medidas propuestas desde diversos ángulos para orientar el reorde. namiento de las relaciones Norte.Sur, a la luz de estas nuevas realida. des. De hecho, la controversia que se ha venido desarrollando a este respecto y las alternativas que en forma más o menos confusa se han planteado, giran en torno al grado de integración o desintegración de los países en desarrollo en la economía internacional que se considere deseable. Hasta el presente, esta cuestión ha sido objeto de tres tipos de respuesta. La primera está representada por la sabiduría convencional, que preconiza el laissez f.aire, tanto en el plano inl:erno como en el inter. nacional. En este último plano, la óptima asignación de los recursos -y, por consiguiente, la óptima distribución de los beneficios deriva. dos de las relaciones económicas internacionales- se logra con la coo· peración de la "mano invisible" que surge de ,las fuerzas del mercado. Este modelo implica que los países en desarrollo abran sus economías a las importaciones y a los capitales provenientes de los centros y se 12 F. van Dam, Development Cooperation: A Diferenciated and The· matlc Approach, 1SS, La Haya, diciembre de 1977. 132
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