América Latina: ¿clase media de las naciones?
comercio de esta nación con los países en desarrollo· no exportadores de petróleo. 8 . Sostener hoy que los países en desarrollo dependen del crecimiento de los centros sería: presentar un cuadro desequilibrado. Lo contrario es igualmente cierto. El progreso de los países pobres tiene un impacto perceptible sobre el crecimiento económico, los niveles de empleo y el bienestar de los países industrializados, no sólo al estimular la demanda por los productos manufacturados y los bienes de capital que estos ex· portan si no también al contribuir significativamente a aliviar las pre– siones inflacionarias que ellos sufren, y que constituye el principal obs. táculo a la reactivación de sus economías. En su edición del 12 de junio de 1978, la reviste "Time" señalaba que "simplemente no es razonable pensar que el mundo industrializado pueda mantener -y menos aún expandir- sus economías en una es– pecie de círculo cerrado. Este debe incorporar. m~s y más al resto dél planeta, no solamente como proveedores de materias primas, si no tamo bién como socios comerciales". Aquel ensayo propone una especie de Plan Marshall para el Tercer Mundo y llega a la· conclusión de que "los países ricos y pobres no necesitan gustar unos de otros para reco· nocer que poseen intereses comunes que no pueden rehuir". .....-/ Se ha abierto paso así a la tesis de que las economías del norte se encuentran más estrechamente vinculadas con las del sur que en el pa. sado, y de que la interdependencia ha dejado de· ser una realidad que tiene significación sólo entre los países industrializados (cuyas relacio. nes con -los países en desarrollo s'e plantearían en el plano de la coo. peración), si no que se habría convertido en un fenómeno de doble via. La consecución de las ganancias que podrían derivarse de esta nue· va relación de interdependencia requerirá una gran sensibilidad para identificar los intereses reciprocos que poseen ambos grupos de paises en algunos sectores específicos, y para formular soluciones mutuamen. te beneficiosas, a través de enfoques más desagregados y eventualmente diferentes en relación con las medidas de carácter excesivamentege– neral que hasta ahora ha configurado la plataforma del Nuevo Orden Económico Internacional. La emergencia de esta realidad permite anticipar que el reordena. miento de las relaciones norte.sur debería basarse en tres principios: a) el reconocimiento de la existencia de una compleja red de intere. ses mutuos entre los países industrializados del Norte y los paises en desarrollo del Sur y la identificación de algunas áreas en que sea po– sible emprender acciones concretas para mutuo beneficio; b) la acep– taci6n de] hecho de que la implementación de acciones mutuamente 80CDE, Economic Outlook N9 22. Ver también Prospeets for the Developing Countries, 1978-1985. Banco Mundial, 1977. 125
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