América Latina: ¿clase media de las naciones?

ses en desarrollo. 5 Por otra parte, el decenio dé 1970 se caracterizó por un dramático incremento del poder de negociación de estos paí. ses, como consecuencia de la resolución tomada en la OPEP para al. zar los precios del petróleo y de la decisión adoptada por el resto del Tercer Mundú en el sexto período de sesiones de la Asamblea Gene– ral de la ONU y en la conferencia sobre materias primas y de desarro. 110 de Dakar en el sentido de mantener su solidaridad con los países de la OPEP. En 1973 se inicia así un período caracterizado or una o· lítica de con rontación, que se expresa en a ec aracl6n y Programa 'de Acci6n para el establecimiento de un Nuevú Orden Económico In. ternacional, adoptado en la primera de las reuniones anteriormente mencionadas y aceptado por los países industrializados en la sexta se. sión especial del máximo organismo de la ONU --documentos en que se plantea un cambio profundo de las estructuras que rigen las rela. ciones Norte-Sur. Al concluir sus trabajos la UNCTAD IV y la Conferencia sobre Cooperación Internacional y Desarrollo, que sesionó en París entre 1975 y 1977, las negociaciones respectivas habían conducido a muy modestos resultados. Como consecuencia de 10 anterior, la~a de confrontación a ue se ha hecho referencia parece considerablemente d~bilita: a, y tanto en e no! _ . n e sur se a Vlerte u . mjs [avoraSTe a InlC1ar negociaciones basadas en la ldentIfIcaClón ae intereses reCIprocos y en la formulaClOn de acciones para mutuo bene. ficio. En todo caso, si una lección han arrojado las dos etapas señala– das, ésta consiste en la escasa viabilidad que tiene cualquier política que se traduzca en un zero sum game o en un proceso de transferencia unilateral de recursos desde los países industrÍa,lizados hada los países en desarrollo, ya sea sobre bases voluntarias, como ocurrió durante la era de la cooperación, o compulsivas, como se pretendió durante el último período. En otras palabras, ni "el petróleo fue la excepción" como algunos estimaron en algún comienzo ni "!la amenaza del Tercer Mundo" se convirtió en una realidad tan ominosa como otros antici– paron. 6 Contribuyeron a este cambio de actitud a) el debilitamiento del supuesto commodity power que se atribuyó a los países en desarro. 110 y que debió servir como fundamento a 'las tácticas de cartelización en que debla basarse esta estrategia, como consecuencia de las dificul– tades existentes para generalizar los logros de la OPEP; b) la emer– gencia., en el interior del Tercer Mundo, de un conjunto de paises de desarrollo intermedio que se encuentran más interesados en lograr un 5 G. K. Helleiner (editor), A Divided World: The Lesa Developed Countries in the World Eeonomy, N. York, 1976, Preface, pág. 4. . 6 S. Krasner, Oil is the Exception, en Fori'lign Policy N9 14, 1974, Y C. F. Bergsten The Threat from the Third World, en Foreign Policy N9 7, 1972.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=