Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina

Aragón Camarena, A. Por una parte, China desearía que la península fuera libre de armas nuclea– res pero sin reunificación, toda vez que el estado norcoreano funge como buffer en la línea geopolítica del paralelo 38. Por otra parte, Estados Unidos vislumbra una reunificación que permita a la zona deshacerse del programa nuclear nor– coreano, fomentar "la economía de la parte norte y tener aliados que colindaran directamente con China de forma continental. Bajo esta lógica, el programa nu– clear norcoreano distaría mucho de desaparecer en el corto plazo. Además, independientemente de su inestabilidad, es posible concluir que Corea del Norte continuará siendo un asset para Rusia y China en el ajedrez '~ de la política internacional para desgastar y presionar a los Estados Unidos ~ndirectamente, cuyos frentes abiertos no han podido ser resueltos y no cuen– tan con la capacidad de poder cerrarlos en el corto plazo. Corea del Norte se vuelve una carta de negociación china frente a los Estados Unidos, que podría ser intercambiada a mediano plazo cuando la arquitectura de poder del nuevo siglo termine de ser diseñada. Asimismo, existe especial atención en el cambio de estafeta presidencial en Corea del Norte. Se percibe el momento como la oportunidad perfecta de negociación sino-americana sobre el futuro de la península. Algunos analis– tas consideran que dicho cambio no transformaría de fondo el status quo de la política exterior norcoreana ni sus posiciones previas; otros suponen que el régimen caería en un caos que tendría que ser aplacado por China, quien además de ver sus recursos ocupados en la búsqueda de energéticos y metales estratégicos internacionales, también lo estarían en contener los movimientos separatistas de las provincias consideradas rebeldes, como el Tibet, Taiwán y Xinjiang, así como la migración esperada del caos norcoreano y la reconstruc– ción del estado mismo. Tanto China como los Estados Unidos piensan que el respectivo debería entablar negociaciones directas para el desmantelamiento de los programas ofensivos norcoreanos. Frente a este hecho, la única alternativa que tiene Co– rea del Norte para permanecer en las agendas de ambas naciones, es continuar desarrollándolos. Por lo tanto, dadas las posiciones de los actores, resulta im– posible pensar que dicha crisis nuclear se resuelva al menos en el corto plazo. IV Encuentro de Estudios Coreanos en América Latina 99

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