Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina

Aguirre Torrini, C. uso We looked at it too, but were obliged to shrug our shoulders, and signify our ignorant with the best grace we could. rhe chief was exceedingly provoked, and showed by his gestures and the angry tones ofhis voice how stupid he thought us" (Hall, 1824a: 80). Decididos a romper con la tensión provocada por la incapacidad de co– municarse; "we had recourse to a language which is pretty understood all over the world, that oi the bottle; and the disturbed features of the irritable old chief speedily became smooth, under the genial influence ofour most powerful ally, a glass of cherry-brandy. Yo the Corean boatmen, and other villagers who came on board, we distributed rum, which as usual made us all good friends" (Hall, 1824a: 81). Esta invitación se correspondió con una réplica por parte del líder coreano, invitando a los extranjeros a beber vino en su compañía. Al día siguiente el jefe llegó al "Alceste", barco comandado por el capitán Maxwell, y se mostró sor– prendido de cuan lujosa era la cabina. Sintiéndose en confianza, se dio el tiem– po de redactar una segunda carta; cuyo contenido fue traducido en Cantón: Persons, ofwhat land are you?-ofwhat nation? - On account ofwhat business do you come hither? In the ship are there any literary men who thoroughly understand, and can explain what is written? (Hall, 1824a: 84). 293 Inmediatamente el capitán Maxwellle extendió una carta escrita en inglés, cuyo contenido era el siguiente: "1 don't undertand a word that you say". El cabecilla de los coreanos suponía que entendería inmediatamente, pero tras girar varias veces la hoja se dio cuenta de que solo podrían recurrir a los gestos. Luego de entretenerse con un espejo y conocer la sala de armas, el jefe dio por concluida la visita debido al mal comportamiento del resto de los coreanos, los cuales se encontraban disfrutando de los tragos ofrecidos por los navegantes. Al día siguiente, el jefe fue hacia las naves acompañado de un hombre im– portante, que evidenciaba su mal estar por los movimientos del barco. Este, tras ser atendido por el doctor del barco, comenzó a examinar los libros. La curiosidad de este invitado parecía infinita, deleitándose con todo lo que 293 John Mcleod, cirujano de la nave comandada por el capitán Maxwell, nos ofrece otra versión de la traducción obtenida en Cantón, cuya diferencia de estilo es evidente (1818: 50): Yo no sé quiénes son ustedes, ¿Qué asuntos los traen acá? IV Encuentro de Estudios Coreanos en América Latina

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