Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina

''Del Nordeste de Asia hasta Cuba; chinos, japoneses y coreanos" Consideraciones Finales La presencia en Cuba, desde los orígenes de la formación de la naciona– lidad cubana, de un gran número de extranjeros provenientes de Europa y Africa, propició la asimilación espontánea de la migración asiática hacia la isla y sus miembros no fueron discriminados, ni excluidos por la sociedad cubana como sucedió en otras regiones de América. El flujo de inmigrantes de estas tres nacionalidades asiáticas referidas; Chi– na, Japón y Corea, comienza a detenerse a partir de la década de los años 1930 252 y se torna esporádico y casi nulo posterior al año 1959. La migración china a la isla fue la más voluminosa entre los flujos migrato– rios asiáticos y su población se halla totalmente entremezclada a la cubana, los japoneses constituyen el segundo grupo en importancia cuantitativa, entre los grupos estudiados, mientras que los coreanos han sido de baja significación e importancia, tanto numérica como cualitativamente. No obstante, el aporte cultural legado por estas comunidades a la cultura cubana es de incuestionable valor, aunque su incidencia ha estado determina– da por factores vinculados a su presencia y prepoderancia en las manifestacio– nes del patrimonio cultural intangible y tangible de la nacionalidad cubana. Los asiáticos en Cuba fueron objeto de sentimientos controvertidos como el desprecio, maltrato y el engaño ejercidos por las empresas contratistas, pero también recibieron el respeto, la admiración y la fascinación por su cultura, laboriosidad y disciplina, que le brindó la población cubana, confrontando así disímiles situaciones en un proceso penoso y prolongado, que siempre tuvo la agravante del desconocimiento de una lengua tan lejana como el español. Estas migraciones a Cuba estuvieron regidas por un denominador común, el factor económico. Pero al mismo tiempo sufrieron de manera general un ex– traordinario fracaso económico, dada la imposibilidad de sus partícipes direc– tos de lograr su mayor anhelo; poder retornar algún día a sus países de origen. 252 La crisis mundial (1929-1933) y el consecuente colapso de la producción azucarera al inicio de los años 30, marcó la ruptura de la condición de Cuba como país de destino de la migración. Las inmigraciones perdieron importancia hasta el punto de que dejaron de publicarse en los boletines sobre inmigración y movimiento de pasajeros aparecidos durante los primeros años del siglo XX en el pais. 228 Corea, perspectivas desde América Latina

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=