Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina
Ariosa P., J c. folio 110, Libro 2 del Registro de Asociaciones de la Secretaria de la Adminis– tración del Gobierno Provincial de Matanzas. 238 Indudablemente, la inmediata creación de la asociación constituyó un factor favorable para poder lidiar con las dificultades que se presentaron al desembar– car y apreciar que no había contrato de trabajo preestablecido o al menos los contratistas lo eludían a causa de la crisis que afectaba el sector azucarero 239 • De la región oriental de Manatí, los coreanos no tardan en iniciar un nuevo éxodo hacia la provincia de Matanzas, a donde habían enviado a dos emisa– rios del grupo con la misión de explorar las posibilidades de contratación en las haciendas destinadas al cultivo del henequén, labor conocida de su trabajo por tierras mexicanas y que daba sus pasos iniciales en Cuba. Su asentamiento en grupos no tardaría en producirse. Los términos de contratación, su ubicación dentro de las haciendas henequeneras, una fuente de sustento única y común, las dificultades idiomáticas y la necesidad de sen– tirse protegidos y de insertarse en una sociedad nueva, supeditaron su unión inicial, que condujo, durante toda la década de los años 20 y principios del 30, a la creación de una escuela para la enseñanza del idioma coreano, la forma– ción de sociedades juveniles y de mujeres, establecimiento de un local para el culto religioso y la referida formalización de la Asociación Nacional Coreana, en la finca El Bol0240 en las afueras de la ciudad de Matanzas, desde donde luego otro grupo volvería a dispersarse hacia las localidades de Cardenas, Va– radero y la capital del país; La Habana. 241 238 Archivo Histórico Provincial de Matanzas, Fondo Gobierno Provincial. Registro de Asociaciones. 239 Después de un alza extraordinaria de los precios del azúcar en el mercado internacional que alcanzan los 22,5 centavos dólar la libra en mayo de 1920, el precio decayó mes tras mes para cotizarse al término del año en diciembre a tan solo 3 centavos dólar. 240 La finca El Bolo constituye el asentamiento coreano más importante producido durante la época. El área fue preparada por la compañía contratante "Harcia", que ubicó allí grandes barracones (areas comunes de madera, techadas y sin paredes divisorias, caren– tes de baños privados) que las familias fueron subdividiendo en busca de una relativa privacidad. En lugar permanecieron varias familias coreanas hasta mediados de los años 1940 y el sitio es hoy día un reconocido lugar histórico para la comunidad coreana, don– de se ha erigido un simbólíco monumento que registra el acontecimiento. 241 Existen otros asentamientos donde aún existe presencia coreana, pero su número es re– lativamente bajo como son las localidades de Manatí y Marcané, en la provincia de Hol– guín, en la zona oriental de territorio cubano. IV Encuentro de Estudios Coreanos en América Latina 221
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