Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina

Oviedo, E. D. aparece dentro de la misma secuencia pero con régimen de partido único y, en la actualidad, Vietnam buscan avanzar en esa senda tras consolidar su proce– so de independencia. 182 En el caso coreano, la sustitución de las importaciones comienza después del conflicto armado de Corea (1950-1953), cuando el gobierno de Syngman Rhee buscó industrializar una economía eminentemente agraria desalentan– do las importaciones, en una estrategia económica que encontró los límites del mercado doméstico a comienzo de la década del sesenta 183 • Tras el gol– pe de estado de Park Chung Hee en 1961, el gobierno autoritario cambia la estrategia por la promoción de la industrialización hacia la exportación de importaciones y la de Estados Unidos dirigidas por el consumidor. En KENNEDY Paul, Hacia el siglo XXI, Plaza & Janes, ps. 299-303. En realidad, el apoyo de Estados Unidos a los países de la región, debe contarse como un factor importante en el crecimiento económico de estas economías, especialmente de Corea del Sur y China. 182 Por iniciación tardía y retraso comparativo en la evolución del proceso de desarrollo, el régimen totalitario, de partido único, puede considerarse funcional al ascenso de China en la estructura internacional. Una versión atenuada de este modelo ha sido utilizada en la República de Corea, cuya modernización está asociada al golpe castrense del general Park Chung Hee, mientras que la República de China modernizó la isla de Taiwán bajo las dictaduras de Chiang Kai-shek y su hijo Chiang Ching-kuo. De igual manera, e! par– tido Demócrata Liberal ejerció el poder en Japón sin alternancia política casi medio siglo, mientras que Vietnam busca consolidar su crecimiento económico con un régimen de partido único. En contrario, e! desafío de los países latinoamericanos es modernizar en democracia. La región cuenta mayoritariamente con gobiernos constitucionales y los re– gímenes totalitarios son minorías (Cuba por ejemplo). Estos gobiernos emergieron como producto de las transiciones a la democracia iniciada en la década de! ochenta del siglo pasado al erradicar a los regímenes castrenses y generar una conciencia anti-autoritaria en la región. Pero estas transiciones políticas, procesos incluidos por Huntington en la "tercera ola de democratización" (HUNTINGTON Samuel P., La tercera ola. La demo– craüzación a finales del siglo XX, Paidós, Buenos Aires, 1994), la cual incluye a Portugal, España y Grecia, los países latinoamericanos y, también, Taiwán; faltaría ser completada por una "nueva transición" o "transición de segunda generación" (O'DONNELL Gui– llermo, La transición en Brasil: continuidades y paradojas, en Instituto de América Lati– na de la Academia de Ciencias Sociales de China, Colección de Ponencias del Simposio Internacional "América Latina en el Umbral de los Años 90", Beijing, 1988, pp. 3-11), no ya política sino económica y social, que consolide la democracia política con la moder– nización económica faltante en la región. 183 YANG Kook Bo, La experiencia coreana: expansión comercial y crecimiento, en SIL– BERT Jaime (ed.), La República de Corea hoy: economía, sociedad y relaciones interna– cionales, Comunicarte, Córdoba, 1997, p. 95. IV Encuentro de Estudios Coreanos en América Latina 193

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