Corea, perspectivas desde América Latina: IV encuentro de estudios coreanos en América Latina

LópezAymes,¡ F los actores económicos. Naturalmente, en el caso de las políticas macroeconó– micas nacionales de largo plazo, la visión generalmente provenía de las altas esferas del gobierno. No obstante, en la práctica, la burocracia a nivel medio ha sido la poseedora del conocimiento técnico para dar sentido al conjunto de políticas necesarias para alcanzar las grandes metas nacionales en sus di– versas etapas (por ejemplo, crecimiento económico o estabilidad económica). En esa época, el sector privado era incipiente y carente de recursos para con– tribuir en el proceso de planificación, el cual requiere de un alto nivel educativo (que por ser escaso suele ser muy costoso). El sector privado era, a su vez, de– pendiente de las instrucciones y proyectos formulados desde el gobierno por los planes quinquenales, lo cual hacía innecesario desviar recursos para esos fines. De cualquier forma, los recursos del gobierno eran tan limitados que tampo– co había condiciones para ofrecer incentivos fiscales que pudieran estimular la creación de unidades de investigación y análisis independientes; mucho menos había una cultura filantrópica que financiara tal clase de proyectos. En conjunto, la economía política coreana y el nivel de modernización alcanzado hasta enton– ces condujeron a un RC centralizado en el aparato burocrático. Algunos incluso califican sarcásticamente a Park Chung-hee como un think tank en sí mismo. Durante la primera década del gobierno de Park Chung-hee, la planeación macroeconómica estaba en manos del gobierno. La existencia de una burocra– cia profesional de carrera redujo la necesidad de o dependencia hacia expertos externos al gobierno para la racionalización de ideas y formulación de polí– ticas económicas, así como para proveerse de inteligencia, análisis o consul– toría política. Desde el principio del régimen de Park se crearon dos "super" ministerios encargados principalmente de esa tarea, el Ministerio de Finanzas (MF) y el famoso Buró de Planificación Económica, mejor conocido como Economic Planning Board (EPB, por sus siglas en inglés, creado en 1961). Las funciones del MF son obvias pero sobresale la fuerte ingerencia del ministerio en los bancos y las políticas monetarias, fiscales e incluso comerciales. El EPB, por su parte, controlaba el presupuesto, la ayuda extranjera y los préstamos, así como el control de las estadísticas nacionales. Las funciones del EPB no sólo reflejaban el tipo de economía política (centralizada y cerrada, según la tipología de Campbell y Pedersen), también simbolizó el compromiso del ré– gimen militar de Park por establecer sistemática y sostenidamente los planes de crecimiento y desarrollo económico de largo plazo (Choi 1991: 96). Por su IV Encuentro de Estudios Coreanos en América Latina 165

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