La zona económica exclusiva: una perspectiva latinoamericana

LA ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA. UNA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA. pIes matices, en la primera etapa de las negociaciones de la 3a. Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONFEMAR) se podían dis– tinguir tres tendencias fundamentales: a) La tendencia territoria1ista, que partiendo de la base de mares territoria– les de 200 millas, fue aceptando restricciones a la jurisdicción de los Estados ribereños, más allá de las dóce primeras millas, hasta reconocer, en la faja de las 188 millas restantes, las libertades de comunicación internacional y ciertas atenuaciones al principio de soberanía en aras de la cooperación internacional (preservación del medio marino, investigación científica, 'acceso de terceros Estados al excedente de los recursos vivos). Esta tendencia, en su formulación primitiva, ha prácticamente desapareci– do para dar lugar a posiciones de zona económica "fuerte". b) La tendencia, en un principio llamada preferencialista, porque sólo re– conocía derechos preferentes de los Estados ribereños más allá del mar terri– torial en materia de explotación de recursos vivos y que, por tanto, ha partido de la base de reconocer ciertos derechos especiales o proyección de competen– cias especializadas de los Estados ribereños en áreas de alta mar adyacentes al mar territorial. Esta tendencia, desde su formulación primitiva, ha experimentado una evolución, admitiendo la zona económica exclusiva hasta las 200 millas con una enumeración de derechos y deberes del Estado ribereño (incluso derechos de soberanía sobre los recursos y jurisdicción en actividades conexas) y de los demás Estados, pero debilitada por su concepción de que esa zona forma par– te de la alta mar. c) La tendencia zonista, dentro de la que quedó subsumida la patrimonia– lista (entre ambas podrían encontrarse diferencias de matices, pero en lo fun– damental han sostenido lo mismo), que parte de la base de la creación de un nuevo instituto jurídico para regular con características propias un espacio marítimo que, por tanto, no forma parte ni del mar territorial ni de la alta mar. Esta tendencia ha evolucionado y madurado, recibiendo las influencias de las otras dos. La historia de las negociaciones de la CONFEMAR registra la pugna de estas tendencias que se fueron agrupando en dos posiciones fundamentales: los que quieren una zona económica más o menos fuerte, en lo cual se han unido .básicamente zonistas y territorialistas, sin perjuicio de que haya dife– rencias, aun de fondo, entre ellos (de ahí que utilicemos la expresión "más o menos fuerte") y los que quieren una zona económica "débil". Las dos posiciones se enfrentan, como se verá, en materia de naturaleza ju– rídica de la zona económica exclusiva. Esta pugna se reflejó en la elaboración de los textos de transacción que fueron surgiendo como fruto de muy arduas negociaciones durante los años subsiguientes a la reunión de Caracas (Texto Unico de 1975; Texto Revisado 82

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