La zona económica exclusiva: una perspectiva latinoamericana

LA ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA. UNA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA. dantes de los estrechos internacionales tenían que ser, si bien no descartadas, por lo menos moduladas suficientemente como para ofrecer reglas objetivas y no-discriminatorias de navegación. Los dias volaban y las consultas de las delegaciones interesadas no daban resultados. El anuncio se repetía diariamente: las partes mantienen sus posi– ciones. ¿Qué hacer para superar aquel escollo? ¿Cómo producir un texto que tuviese posibilidades de aceptación? ¿Podía presumirse que tenía carácter tác– tico el apoyo que estados costeros sostenedores de la zona económica habian dado a las aspiraciones de los estados colindantes con los estrechos internacio– nales? ¿Cómo superar el impase con un texto contentivo de reg]as objetivas y razonables? ¿Inventar fórmulas como quien se saca conejos del sombrero?¿Ha– cer la conciliación salomónica entre los extremos? ¿Presentar aJgo para salir del paso? ¿Dónde hallar la ponderación, la competencia técnica, la experien– cia y la finura diplomática? ¿Quién? ¿Quién? Pues bien, ¡los ingleses! Vale el recuerdo para Sir Robert Jackling, bajo cuya coordinación discreta y eficaz se produjo la sección sobre los estrechos internacionales, aquélla que había esca– pado a los esfuerzos de consulta y cuya ausencia o inadecuación hubiera es– tropeado el entero ejercicio. El último capítulo en formularse fue el relativo a losestadosarchipelágicos. Pero acá los interesados, aunque casi comidos por el tiempo, llegaron a un avenimiento. De la alta mar nadie se preocupó, y quedó al margen de las intrincadas negociaciones. La Tercera Conferencia no registra progreso significativo respecto a las regulaciones de la alta mar. La sugerencia de considerar sus recursos como patrimonio común de 1a humanidad bajo régimen de explota– ción comunitario se disolvió rápidamente, porque parecía torpedear 1a Ter– cera Conferencia. De ahí su régimen laxo, que contrasta con el de la zona económica. El Presidente de la Conferencia del Mar de 1958, Príncipe Vann, de Tailandia, se refrrió a la alta mar como "patrimonio común de la humani– dad". y en la Comisión de Derecho Internacional el miembro chino Hsu sugería para la plataforma continentaJ un régimen que hoy se ha adoptado para la zona internacional de los fondos marinos. ¡Y todavía se quiere dispu– tar la sabiduría aJ Eclesiastés sobre lo nuevo bajo el sol! 4.- CUESTIONES RELAT1VAS A LA ZONA ECONOMICA a) Delimitación Diciendo zona se indica espacio. Físicamente la zona económica se extien– de entre doce y doscientas millas, medidas desde las líneas de base costeras, ya normales o de bajamar, ya rectas. La anchura de la zona no puede exceder las doscientas millas náuticas. Las primeras doce millas de la zona, es decir de doce a veinticuatro millas desde las líneas de base, constituyen la zona conti- 46

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