La zona económica exclusiva: una perspectiva latinoamericana
LA ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA. UNA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA. pioneros de las doscientas millas desarrollaron para ganar la adhesión de páíses en desarrollo. En la crucial reunión que el Comité Jurídico Consultivo Afro-Asiático celebró en Colombo en 1971, Argentina, Chile, Ecuador y Perú asistieron como observadores. Otros miembros del Club de las Doscien– tas Millas no asistieron, por la razón silenciada de la falta de fondos, la canti– nela de las Cancillerías cuando tienen otras prioridades. Pero aquella asisten– cia no fue casual ni incidental, sino querida, planeada y comprendida en su significación y conse.cuencias. Las Declaraciones de Montevideo, Lima y Santo Domingo, eslabones de un proceso, pudieron quedar formal y solemnemente unidas por medio de una Conferencia latinoamericana sobre asuntos del mar. En dos ocasiones esta Conferencia pudo haberse efectuado. Después de la Conferencia de San– to Domingo, México estaba dispuesto a patrocinar y hospedar esa Conferen– cia. Enseguida, a continuación del período de sesiones que la Tercera Confe– rencia del Mar celebró en Caracas, Argentina tenía la misma disposición. En ambos casos prevaleció cierto pesimismo respecto a los resultados, con el impacto negativo consiguiente en los desarrollos de la zona económica. Con todo, el enlace de las posiciones era teóricamente posible. La prueba la da el consenso latinoamericano sobre el capítulo del Proyecto de Convención titu– lado "Zona Económiéa Exclusiva" (A/Conf. 62/WP. 10 Rev. 3, de 22 de Sep– tiembre de 1980). La tercera etapa del proceso aludido corresponde a la Tercera Conferencia del Mar, la cual, según programación tentativa, tendría que llegar a término en Caracas a fines de 1982. En Caracas, en 1974, la zona económica salió a luz como institución respetada y respetable. Dijo el Profesor Gidel que la víctinla de la abortada Conferencia de Codificación de 1930 hab ía'sido el mar territo– rial de tres millas. De la reunión de Caracas de la Tercera Conferencia del Mar podría decirse que tuvo una vedette que se impuso en certamen mundial: la zona económica de doscientas millas. El doscientos ha entrado al rango de Jos números míticos, de aquellos números cuyos arcanos los numerólogos se en– tretienen en desentrañar. Y los chilenos, bajo la inspiración de la corriente de Humboldt lo descubrieron e introdujeron a las relaciones y al derecho inter· nacionales. 3.- INTERESES CONCILIADOS EN LA ZONA ECONOMICA La Tercera Conferencia del Mar ha tenido dos temas apasionantes, la zona económica y la zona internacional de los fondos marinos. Alrededor de esos dos temas se puede explicar y desentrañar la compleja negociación. De los veinticuatro temas de la agenda, divididos en doscientas cuarenta y cuatro ca– tegorías y subcategorías, quince fueron encargadas a la Comisión Segunda, pero ninguno de ellos tan.decisivo como la zona económica. 42
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