La zona económica exclusiva: una perspectiva latinoamericana
LA ZONA ECONOMICA EXCLUSIVA. UNA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA. nar y evaluar tanto las adhesiones como los desistimientos, y más todavía las inacciones pasajeras o permanentes. Los pioneros formaron el grupo de negociación de la zona económica en la Comisión Ad hoc de los Fondos Marinos y en la Comisión de los Fondos Ma– rinos. Pero en los años cincuenta y sesenta, particularmente en los días de la Primera Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1958 eran ellos los descastados del derecho internacional. Las primeras acciones unilaterales provocaron protestas airadas de las potencias navales y algunos in– cidentes, como el de la flota ballenera de Onassis, llenaron las páginas frontal.es de los diarios del mundo. Vale recordar los halagos y las presiones bajo los cuales se desarrolló la Conferencia del Mar de 1960. Desde luego no fue igual adherir a la zona económica en la sesión de Caracas de la Tercera Conferencia del Mar que se realizó en 1950. 2.- PROCESO DE ELABORACION DE LA ZONA ECONOMICA El inicio del proceso consistió en actos unilaterales de Estados latinoameri– canos colindantes con el Océano Pacífico. Razones conservacionistas, tanto del medio marino como de las especies·vivas, tuvieron su parte. Pero la fuerza primordial fue el aprovechamiento de los recursos en aguas adyacentes a las costas, bajo una idea más o menos imprecisa de compensación respecto a los recientes reclamos de extensas plataformas continentales. Desde los farellones costeros se veían las notas pesqueras que iban y venían a su guisa, bajo el am– paro de la libertad de pesca, libertad que para los países desarrollados ponía a su disposición las pesquerías de todos los mares sin excepción. Los primeros reclamos sobre las aguas y sus recursos tuvieron sentido en cierta medida com– pensatorio, porque países con poca plataforma continental no podían gozar del incremento de bienes que desencadenó la Proclamación Truman. Esta idea de compensación, de la que hay ecos en los trapajos preparatorios de la Comi– sión de Derecho Internacional para la Conferencia del Mar de 1958, por me– dio del colombiano Yepes, se perdió en el proceso de general aceptación de la zona económica, particularmente debido a que la Tercera Conferencia del Mar ha tenido, entre otros caracteres, la disposición de acomodar intereses contra– puestos por medio de su aceptación en términos máximos. Es decir, ha sido en buena parte un foro maximalisfa. El proceso de elaboración, formación y desarroUo de la zona económica puede distribuirse en tres etapas. La primera, de los primeros reclamos sud y centroamericanos hasta el establecimiento de la Comisión Ad hoc de los Fon– dos Marinos por la Asamblea General de las Naciones Unidas (1947-1967); la segunda, I.os años de la Comisión Ad hoc y de la Comisión de los Fondos Ma– rinos (1968-1973); y la tercera, el trabajo de la Tercera Conferencia del Mar de las Naciones Unidas (a partir de diciembre de 1973), la conferencia más larga de la historia de Naciones Unidas y probablemente de la entera historia de las negociaciones internacionales. 38
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