La zona económica exclusiva: una perspectiva latinoamericana

Juan M. Bakula I LA COMISION PERMANENTE DEL PACIFICO SUR .•• especiales- la plenitud de la soberanía; mientras que para otros Estados y otros juristas se trataría de una forma limitada de ésta bajo los nombres de jurisdicción y control; y para otro más, se trataría solamente de ciertos y limi– tados de estos últimos derechos de jurisdicción y control, referidos solamente a la defensa y protección en sus formas militar, física y sanitaria. En todo caso, aún en los extremos de mayor o menor autoridad del Estado costanero, el reconocimiento de la Libertad de Navegación no se discute". 3. La Evolución del Derecho del Mar. Otra conclusión objetiva se refiere a las ventajas obtenidas por esta posi– ción flexible. Gracias a ella, durante los últimos 25 años, se ha podido acom– pañar la evolución del Derecho del Mar y contribuir positivamente a su escla– recimiento, primero, y después al avance de aquellas conquistas que eran fun– damentales para una mejor defensa de nuestros intereses. Este reconocimiento al papel jugado por la América latina y por los tres países del Sistema ha sido tantas veces mencionado que es un inútil reiterar el comentario. Sin embargo, a título de excepción, me voy a permitir hacer una cita de singular valor, pues proviene de un notable profesor y diplomático español, Antonio Poch, presi– dente de la Delegación de su país a la III Conferencia del Mar, quien al refe– rirse a la evolución de la situación expresa: "la afirmación por los nuevos Estados de una soberanía sobre sus recursos naturales, en tierra y en el mar adyacente, poten– ciaba las extensiones de su jurisdicción sobre el medio marino: y en defecto de una normas generales que dieran satisfacción a sus aspiraciones, el cauce obligado era la ruptura con el orden tradicional, por la vía del acto unilateral. la actitud, antes considerada como exorbitante, de los partidarios de las dos– cientas millas, adquiriría un nuevo significado para el número creciente de países en desarrollo. Y en el marco de distintas conferencias y organismos, los países no alineados y del Tercer Mundo irán gestando una solidaridad que culmina en el que podría denominarse 'símbolo de las doscientas millas' , recono– cido en la Resolución de Argel de 1973 por 75 países como solución de base para la nueva ordenación del Derecho del Mar. En esta labor de creciente toma de conciencia hacia los recur– sos del mar, un papel importante ha correspondido a los países en desarrollo de Hispanoamérica y, entre ellos, un lugar de pri– mer orden, al Perú". Esta acción denodada e infatigable, se ha mantenido a través de todas las situaciones y de todos los regímenes políticos, con las diferencias propias de 155

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