América Latina y Asia-Pacífico

88 GRIGORY KARASIN transición como Rusia siempre se alzan voces señalando que un régimen de aranceles liberalizado perjudica la economía nacio– nal y que es demasiado pronto para avanzar en. esa dirección. Hasta cierto punto lo anterior es verdad, pero, por otro lado, no parece tener mucho sentido mejorar una bicicleta cuando el resto del mundo se está cambiando a automóviles de carrera. Creemos que sería aconsejable mantenerse fiel a una postura integrada selectiva que combine elementos de un proteccionis– mo adecuado, de manera temporal, con un movimiento general orientado hacia las metas establecidas por el GATT-OMC. Apa– rentemente Rusia no está sola al momento de enfrentar estos problemas con esa perspectiva. Los lazos económicos de Rusia con los países de Asia-Pacífi– co se caracterizan por un dinamismo muy especial. La participa– ción de es?s países en el comercio exterior lUSO ha crecido en forma constante. Desde principios de los noventa, la cantidad de comercio mutuo con algunos de ellos se ha duplicado varias ve– ces. Existen miles de iniciativas conjuntas en las regiones euro– peas y asiáticas de Rusia que operan con la inversión de países de Asia-Pacífico, y ya hay muchas esperando su turno. Pensamos que la interacción económica entre Rusia y los países de la región de Asia-Pacífico tiene un enorme potencial. En ese sentido, el nivel actual de cooperación no es una mera muestra. No debe olvidarse que nuestras relaciones se han des– politizado sólo en el último tiempo y que Rusia acaba de adop– tar principios compatibles con el desarrollo económico. No obs– tante, los primeros pasos hacia la cooperación del mercado se vislumbran promisorios y demuestran un considerable cr~cimien­ to en el comercio individual o el interés en una potencial co– operación. Esta tendencia debería ser reforzada y mantenida aun más. En lo que respecta a los contactos rusos con América Lati– na, nos interesa la promoción del comercio y los lazos econó– micos con esa región. Sin embargo, debemos admitir que du– rante los primeros años de las reformas del mercado hubo un retroceso significativo en las relaciones comerciales entre los