América Latina y Asia-Pacífico

76 JOSE MIGUEL INSULZA flagelo de la pobreza y de reducir la enorme brecha que separa– ba a los ricos y los pobres en muchas sociedades asiáticas. Las perspéctivas para el futuro del comercio regional en la Cuenca del Pacífico siguen siendo alentadoras. Se estima que durante los próximos dos años la expansión de las exportacio– nes de los países de PECC (Pacific Economic Cooperation Coun– cil) se mantendrá en una tasa anual superior al 8%. Los países en desarrollo, tanto de Asia como de América Latina, harán una contribución muy significativa a este crecimiento. Chile asigna una importancia crucial a las metas de liberali– zación del comercio y de las inversiones adoptadas en la Cum– bre del Foro de Cooperación Económica dé Asia-Pacífico (APEC) , celebrada en Bogor en 1994. Creemos que estas metas constitu– yen uno de los elementos centrales de identidad de la comuni– dad del Pacífico y uno de los principios rectores de APEe. El fortalecimiento del sistema comercial multilateral, la expansión del comercio regional y global yel mejoramiento de las reglas y procedimientos de inversión, realizados de una manera consis– tente con la Organización Mundial de Comercio (OMC) , repre– sentan los objetivos centrales de nuestra asociación. Como la región económicamente más dinámica del mundo, a Asia-Pacífico le corresponde un papel de liderazgo en el ca– mino hacia la plena liberalización del comercio mundiaL Nues– tra región debe servir como un precedente en este terreno. Para ello nos fijamos una meta especialmente ambiciosa en Bogor, adoptamos en 1995 en Osaka un plan general de acción, y lue– go planes de acción específicos individuales y colectivos en Manila en 1996. Por cierto, la visión sigue siendo necesaria, pero ya es tiempo de transformarla en acciones concretas. Por ello, es importante examinar cómo estamos progresando en la implementación de los tres pilares de la cooperación en Asia– Pacífico: liberalización del comercio y las inversiones, facilita– ción del comercio y las inversiones, y cooperación económica y técnica. Apreciamos los esfuerzos que las economías de Asia-Pacífi– co están desplegando para implementar los compromisos que

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