América Latina y Asia-Pacífico

DISCURSO 63 forzó al conductor a acelerar), la prensa occidental y aún el Fondo Monetario Internacional están tratando de responsabili– zar de toda la situación a los gobiernos de los países asiáticos. No quiero decir que los gobiernos asiáticos estén totalmen– te libres de culpa. Pero la situación financiera de algunos países nunca sería tan mala si no hubiera sido por los manipuladores. Cuando se depreció el baht de Tailandia, la situación no debería haber sido agravada por las ventas masivas de baht que estaban en manos de extranjeros. De hecho, al desprenderse deliberadamente de la moneda, ellos causaron la continuación de la baja. Pero los demás países del Sudeste asiático no se encontra– ban en la misma situación económica de Tailandia. Ya he enu– merado los sólidos fundamentos de la economía de Malasia. En otros países de la región, nada ha cambiado en lo esencial des– de el tiempo en que la confianza era sólida y los inversionistas estaban dirigiendo sus fondos a las respectivas economías. Sin embargo, debido a los problemas de Tailandia, la pér– dida de confianza afectó al resto de los tigres asiáticos. ¿Osaría alguien sostener que las monedas, de no haber sido masiva– mente lanzadas al mercado, se hubieran devaluado por sí mis– mas' Con todo, hay gente del Norte rico que insiste que debe– ríamos aceptar la pérdida de miles de millones de dólares por– que el libre comercio es sacrosanto y no puede ser culpado de esta situación. La crisis presente nada tiene que ver con los valores asiáti– cos. Los valores asiáticos son el trabajo duro, la disciplina, un fuerte compromiso con la comunidad, la austeridad, la modera– ción en los placeres de la vida. Ellos no pueden afectar adversa– mente las sociedades asiáticas. No lo han hecho en el pasado y de hecho contribuyeron al surgimiento de los tigres y dragones asiáticos. Por otra parte, los valores que motivaron las ventas masivas de los manipuladores son totalmente materialistas, no conside– ran los problemas de los demás, son insensibles frente a los pobres e inspirados puramente por el deseo de crear un entor-