América Latina y Asia-Pacífico

44 FERNANDO HENRlQUE CARDOSO Para reorganizar una sociedad se requiere la capacidad de convencer que el rumbo está correcto yeso se hace cada día, frente a cada decisión. Lo más importante es no dejar de expli– car y, cuando no sea posible hacer algo, decir que no y por qué. Lo estamos haciendo con la tasa de crecimiento que men– cioné, de 4,4% al año, yeso significa un crecimiento efectivo en el país, porque la tasa de expansión demográfica está cayendo. Si hace unos quince años esa tasa estaba en alrededor de 3%, hoy día ella es de 1,4% al año, o sea, hay un crecimiento real en los últimos tres años del 3%, lo cual se va sumando y permite que exista, en consecuencia, un camino por recorrer de expec– tativas positivas y favorables. Por cierto, hemos observado la experiencia de otros pue– blos. Mencioné que miramos lo que pasó en Chile, pero tam– bién lo que pasó en otros países y nunca dejamos de tomar en consideración que hoy día las economías son globalizadas y que la globalización, como siempre repito, no es un valor. A nadie le gusta o deja de gustar, es un hecho, un proceso real. No es como la libertad, la democracia o la igualdad, que son valores por los cuales se lucha. Con la globalización es inútil luchar, a favor o en contra; está 'ahí, es un proceso, es un pro– fundo cambio tecnológico, pero que acarrea transformaciones y que tiene consecuencias en el sistema de poderes y decisorio del mundo. El desafío que tenemos frente a nosotros no es el de decir que no queremos la globalización, que ella es un peligro, que hay muchos capitales volátiles o "capitales golondrina". Todo eso es verdad, pero son hechos. Lo que corresponde a los go– biernos es tomar decisiones que permitan una adaptación y que se saque el máximo provecho posible de la situación existente en el sistema internacional. Creo que es necesario tener una visión realista de la cues– tión, frente a 'la. cual debemos organizarnos para superar las dificultades que están ahí. Cuando en diciembre del año 1994 llegó una crisis que afectó directamente a México, seguramente los argentinos y los brasileños tuvieron que mirar con atención

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