América Latina y Asia-Pacífico
382 FELIPE LARRAIN traer de estas cifras es que América Latina se ha abierto cada vez más a las exportaciones procedentes de Asia, mientras que los mercados asiáticos no han exhibido una liberalización simi– lar. Es cierto que América Latina representa sólo una pequeña fracción del comercio de Asia. La participación total de las ex– portaciones asiáticas dirigidas a América Latina se ha manteni– do alrededor del 3% entre 1985 y 1995; Y la participación de América Latina en las importaciones asiáticas ha aumentado le– vemente, del 3,20/0 al 3,8%, en el mismo período. En los últimos diez años, el comercio asiático se ha concentrado cada vez más en su propio continente. Existe, sin embargo, una oportunidad interesante para los exportadores asiáticos en América Latina. Más allá de la coyun– tura, esta región cuenta con buenas perspectivas de crecimiento en el mediano plazo. Además, su mercado total bordea los 1,8 trillones de dólares, que es bastante superior a los mercados de Francia, Reino Unido o Italia considerados individualmente. Y las reformas económicas se traducirán en mayores tasas de cre– cimiento de mediano y largo plazo en la región. Evitar la des– viación de comercio a causa de los acuerdos comerciales bilate– rales y regionales en América Latina es algo que está totalmente al alcance de Asia: todo lo que tiene que hacer es abrir sus mercados para obtener mayor acceso a esta región. América Latina está preparada para ese desafío. Inversión Para tener mayores tasas de crecimiento en el mediano pla– zo se requiere mayores tasas de acumulación de capital, tanto físico como humano, y mayor eficiencia. Durante décadas, Amé– rica Latina ha tenido bajas tasas de formación de capital, alrede– dor del 15% del PIB, lo cual se ha visto reflejado en las bajas tasas de crecimiento de la región. No obstante, la inversión se ha recuperado de las bajas tasas obtenidas a fines de la década
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