América Latina y Asia-Pacífico

36 EDUARDO FREI nUIZ-TAGLE que pudimos consolidar nuestra presencia en esta comunidad que se está construyendo. En 1991, concretamos nuestro ingre– so al Consejo de Cooperación Económica del Pacífico. En 1992, se registró la primera visita oficial de un Presidente chileno a Asia-Pacífico. A partir de entonces, nunca ha pasado un año en que el Presidente de la República viaje a esa área, a menudo acompañado por una nutrida delegación de empresarios y de representantes de otros sectores de la sociedad. En 1994, co– menzamos a participar en el mecanismo de cooperación de Asia– Pacífico, APEe. Ese mismo año promovimos el establecimiento de la Fundación Chilena del Pacífico, entidad que ha organiza– do con tanto éxito este encuentro. En 1998, recibiremos a Jos empresarios que asistirán a la reunión de la principal organiza– ción empresarial del área, la asociación de empresarios líderes de la Cuenca del Pacífico, PBEC. Nuestra acción en la Cuenca del Pacífico Nuestra acción en la Cuenca del Pacífico pretende combi– nar un enfoque global, que cautele nuestra integración en la economía mundial, con uno regional, que responda a las carac– terísticas y realidades específicas de la Cuenca. Dentro del enfoque global se inscriben los esfuerzos por liberalizar el comercio mundial, que constituye uno de nuestros objetivos prioritarios. El proteccionismo es una de las mayores amenazas para nuestra inserción externa y, en definitiva, para el desarrollo de nuestros países. Por ello estamos comprometi– dos en la defensa de un sistema multilateral de comercio basa– do en el cumplimiento de los principios y la disciplina de la Organización Mundial de Comercio, que participa activamente en este encuentro. En el enfoque regional se incluye nuestra participación en los mecanismos de cooperación transpacíficos. Los acuer– dos regionales son mecanismos muy convenientes para la ex– pansión del comercio y las inversiones, pero resulta funda-

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