América Latina y Asia-Pacífico
354 JUSUF WANANDI blecer una entrada de este tipo, con vínculos terrestres hacia sus vecinos, para el intercambio comercial hacia el Pacífico Occidental. Existe actualmente una gran competencia entre las distintas economías para autopromoverse como oficina regional ideal o bien como ubicación industrial ideal. Para muchas actividades empresariales, cuyos intereses abarquen distintos países, la elec– ción de una ubicación industrial regional requiere considerar tanto los costos, como una infraestructura física y legal que sea adecuada para los negocios, además de la geografía. Singapur es un ejemplo de las retribuciones que pueden ser obtenidas mediante la aplicación de políticas como las descritas, y el en– foque empleado proporciona un modelo exitoso. Cooperación multilateral y regional La globalización y nuestra participación en una creciente competencia internacional en relación con el intercambio co– mercial y los mercados financieros nos señalan claramente los beneficios de la cooperación en los foros multilaterales y regio– nales. En primer lugar, debemos preocuparnos de que nuestros convenios comerciales nacionales, subregionales y regionales correspondan al espíritu y a las reglas del sistema comercial multilateral. Es vital la pronta y clara puesta en práctica de los acuerdos de la Ronda Uruguay y posteriormente los de la OMe. De por sí esto ayuda a fortalecer la OMe y nos da mayor estabi– lidad y seguridad. Sin embargo, debemos ir más allá y poner más de nuestras transacciones internacionales bajo el paraguas de la OMe. Te– mas como la agricultura, los servicios y especialmente los servi– cios financieros, en gran parte han quedado en el limbo. Si bien se trata de un desafío para cada una de nuestras economías, nos servirá también a largo plazo, puesto que nos entregará los re– glamentos y normas que no sólo otorgan mayor estabilidad a los países pequeños en el mercado internacional, sino que tam-
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