América Latina y Asia-Pacífico

DISCURSO 35 nes en materia de medio ambiente y protección social. Igualmente, nuestra red de acuerdos de libre comercio se extiende a México, Venezuela, Colombia y Ecuador. Estamos negociando nuevos convenios en América del Sur y en América Central. También estamos dispuestos a negociar un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, que forme parte del pro– ceso para llegar a un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). En abril de 1998 serviremos de sede a la II Cumbre de las Américas, donde esperamos iniciar las negociaciones para materializar este proyecto continental. Esta amplia red de acuer– dos fue y está siendo negociada mediante un enfoque com– prensivo, que además garantiza su congruencia con los princi– pios de la Organización Mundial de Comercio (OMC). En un mundo cada vez más interdependiente, estos instru– mentos contribuyen a abrir nuevos mercados, ofrecer nuevas posibilidades de cooperación y garantizar la estabilidad de nues– tras economías. Ellos no deben implicar el establecimiento de barreras respecto de terceros países. Por el contrario, Chile con– sidera a esa red de acuerdos como un medio para facilitar y potenciar sus relaciones con el resto del mundo. En suma, se trata de una expresión del principio de regionalismo abierto que, con tanto acierto, fue acuñado en entidades como PECC y APEC y que, posteriormente, fue adoptado en América Latina. Chile y la comunidad del Pacífico Chile merece un lugar en la comunidad pacífica emergente. Poseemos una de las costas más extensas hacia este océano, con acceso privilegiado a dos de los tres canales de comunica– ción que lo unen con el Atlántico. Isla de Pascua nos vincula a la Polinesia. Nos sentimos parte de la naciente comunidad del Pacífico y queremos contribuir a su desarrollo y compartir sus beneficios. Para Chile, esta década que coincide con la recuperación de la democracia, será recordada también como la década en

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