América Latina y Asia-Pacífico

346 ]USUF WANANDl como internas. Aunque existen problemas de ajuste económico, como hemos visto últimamente, los gobiernos están enfrentado estos desafíos con más apertura y disciplina económica. El Este asiático seguirá siendo un motor para el crecimiento económico bien entrado el próximo siglo. En muchos aspectos, América Latina es un competidor in– ternacional de Asia, en cuanto a rapidez de crecimiento. Sin embargo, lo que nos debe conducir son nuestros intereses co– munes en lo que respecta al mantenimiento y el desarrollo del ambiente económico que permita lograr ese crecimiento, y tam– bién las inmensas oportunidades de mayor integración entre nuestras dos regiones. Los crecientes ingresos de Asia la convierten en un merca– do lucrativo para las exportaciones e inversiones de América Latina. La demanda de productos de consumo y de recursos naturales seguirá aumentando. Los asiáticos están buscando nuevas oportunidades comerciales y de inversión y se sienten atraídos por la diversificación en los mercados de alto creci– miento de Latinoamérica. Además, ofrecen conocimientos téc– nicos y de administración especializados, y tienen una aguda visión empresarial para detectar nuevas oportunidades. En re– sumen, la expansión del horizonte en ambos lados del Pacífico representaría la oportunidad de realizar inversiones e intercam– bios comerciales en mercados cada vez más grandes. Compromiso común con el sistema de comercio mundial Las economías del Pacífico Occidental tienen una larga tra– dición de respaldo a un sistema de comercio multilateral abier– to; además, aquéllas que son miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se han comprometido firmemente con sus normas y puntos de referencia respecto del comercio internacional. A pesar de su alto nivel de integración regional, los países asiáticos son economías comerciales que dependen del acceso a una amplia gama de mercados. Individualmente