América Latina y Asia-Pacífico
338 ENRIQUE V, 'IGLESIAS da por los países latinoamericanos y caribeños. En años recien~ tes, ha superado a los Estados Unidos como donante bilateral más grande de nuestra región. La participación de América Lati– na en la asistencia total japonesa para el desarrollo ha aumenta– do del 9% hace una década al 12% en 1995, lo que es clara indicación de que Japón continúa comprometido a apoyar el desarrollo de la región. Corea, que es uno de los más grandes donantes de ayuda entre los países no miembros de la Organi– zación de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), tam– bién ha pasado a ser una fuente cada vez más importante de financiamiento para el desarrollo de la región, especialmente para los países centroamericanos, Lo mismo sucede con Taipei China. No obstante la importancia de la promoción de nuestras vinculaciones comerciales y de inversión, la asociación transpacífica que nos une debe sin duda alguna ir más allá de los aspectos puramente comerciales. El intercambio de expe– riencias en aspectos de políticas es igualmente importante. ¿Qué podemos aprender los unos de los otros? ¿Cuáles son los fundamentos del éxito de algunas econo– mías asiáticas que algunos han calificado de milagro? ¿Puede lograr lo mismo América Latina? Este es un tema complejo que merece mayor estudio. Hay un amplio consenso en cuanto a la importancia de las políticas con orientación de mercado y de una gestión macroeconómica eficaz como ingredientes básicos de una estrategia que pretende aumentar la capacidad competi- . tiva nacional, y América Latina se encuentra adoptando plena– mente estos principios. Existen muchas áreas en las que Améri– ca Latina todavía permanece a la zaga de algunas economías asiáticas, pero dos en particular se destacan, y ambas se consi– deran vitales para alcanzar el crecimiento sostenible y equitati– vo: -La acumulación de capital humano. Numerosos estudios
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