América Latina y Asia-Pacífico

34 EDUARDO FREI IlUIZ-TAGLE ha ido perfeccionando un esquema que combina, por una par– te, instrumentos no discrecionales inhibidores de la entrada de capitales especulativos y, por otra, modificaciones tendientes a facilitar los flujos de capital de largo plazo, especialmente a la salida. Dentro de estos últímos están, por ejemplo, las modifica– ciones legales para promover la internacionalización de nuestra banca, las adecuaciones para promover la inversión de los fon– dos de pensiones en el exterior, el proyecto de ley que propone crear una bolsa internacional en Chile y la adecuación de nues– tro sistema tributario para negociar tratados bilaterales para evi– tar la doble tributación internacional. En este último respecto, Malasia ha sido mencionado por Chile dentro del pequeño gru– po de países con los que queremos culminar negociaciones antes del año 2000 cuando finalice mi mandato. Esta estrategia com– binada es la que ha permitido a la economía chilena evitar una dependencia indeseada de los flujos de capital de corto plazo, por esencia más volátiles y sensibles a los ciclos internaciona– les, especialmente para el financiamiento de gastos privados más de mediano y largo plazo. Nuestra política de negociaciones internacionales La política de arancel único ha sido crucial para mantener el proceso de apertura de nuestra economía; no habríamos po– dido avanzar como lo hemos hecho con un enfoque sectorial y parcial. La política de negociaciones comerciales internacionales de Chile ha seguido un camino similar. Suscribimos un importante acuerdo de libre comercio con MERCOSUR (Mercado Común del Sur), que tuvo un carácter integral, pese a que obviamente habían sectores que presentaban dificultades especiales para una liberalización plena. A su vez, Chile celebró un acuerdo de libre comercio de última generación con Canadá, que elimina gradualmente las acciones anti~dumping entre ambos países y que salvaguarda el cumplimiento de sus respectivas legislacio-