América Latina y Asia-Pacífico

336 ENRIQUE V. IGLESIAS do. América Central también ha servido de plataforma para las exportaciones hacia la zona de NAFTA. Hay varias empresas chinas y coreanas que han aprovechado los bajos costos de mano de obra y las preferencias comerciales para invertir en las maquiladoras y empresas conjuntas centroamericanas, cuyos productos se destinan a los mercados de Norteamérica. Los ba– jos costos de producción son un factor de bastante atractivo para los inversionistas asiáticos. En países como Corea, donde los costos de mano de obra han aumentado rápidamente en años recientes, se estima que ahora esos costos son un 35% mayores que en México. El mejor clima macroeconómico que hay en América Latina no sólo ha permitido que la región atraiga mayores montos de inversión extranjera directa, sino también inversiones de cartera y préstamos de bancos comerciales. Junto con Asia, la región ha sido uno de las principales beneficiarias de estos ingresos entre el mundo en desarrollo en años recientes. La liberalización de los mercados internacionales de capital ha proporcionado a los inversionistas del mundo entero una mayor variedad de oportunidades de inversión y los países latinoamericanos han venido a constituir lugares cada vez más atractivos para esas inversiones. Sin embargo, la crisis del peso mexicano ocurrida en 1994 y las recientes conmociones sufridas por los mercados de capi– tal en Asia han demostrado claramente que las estructuras nor– mativas inestables y la dependencia de ingresos de capital a corto plazo para financiar el desarrollo pueden ser una fórmula bastante riesgosa. En efecto, la percepción de una falta de disci– plina macroeconómica en un país puede conducir a un rápido y desestabilizador revés en las entradas de capital; es algo que literalmente puede despojar de liquidez a un país de la noche a la mañana. La denominada disciplina del mercado es útil en principio; sin embargo, la experiencia ha demostrado que cuan– do no se los encauza o limita, los mercados financieros pueden revelar una miopía a corto plazo e imponer disciplina sólo con retrasos significativos, cuando los desequilibrios son tan enor-