América Latina y Asia-Pacífico
242 EDWAHD NG do. Sin embargo, el resultado de los sucesos asiáticos no ha sido muy diferente de lo ocurrido en México. Todo esto apunta a un solo hecho, que es la supremacía de los mercados. El mercado financiero mundial ha hecho conocer su presencia y también la ha hecho sentir bastante dolorosa– mente. Para algunos países, las implicancias no dejan de ser alarmantes. Aún las economías que avanzan más rápidamente pueden encontrarse en problemas de un día para otro. Los eco– nomistas especializados en aspectos financieros, por su parte, pueden percibir cierto sentido de reivindicación. La disciplina en los mercados, tal como lo predice el estudio económico de las finanzas, es inevitable, aunque sea con demora. Se pueden sacar dos simples lecciones de los episodios de México y Asia. La primera, es que la comunidad financiera mun– dial es una fuerza potente. Los inversionistas, especialmente si son institucionales, más que grandes son simplemente colosa– les. Los países que reciben fondos de inversión ya no pueden darse el lujo de desconocer la opinión de dichos inversionistas. Incluso los esfuerzos multilaterales de rescate pueden ser débi– les (como en el caso de Tailandia), si los fondos de inversión han emitido un veredicto desfavorable. Una segunda lección se refiere a la velocidad de los ajustes del mercado. Es probable que el hecho de que un mercado de valores pierda la mitad de su capitalización en un plazo de días se vuelva más común. Los temas pendientes El telón de fondo aportado por la reciente crisis financiera en Asia da un nuevo ímpetu al Proyecto de Desarrollo de Mer– cados Financieros emprendido por PECC (Pacific Economic Cooperation Council). Si bien el logro de un saludable desarro– llo económico sigue siendo preponderante, muchos países se han dado cuenta de que la negligencia en lo que respecta a la . infraestructura financiera y al desarrollo de los mercados tiene
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=