América Latina y Asia-Pacífico
EL RlTMO DE LA L111ERALlZACiOX EX LAS ECOXOtlflAS". 241 Como se puede ver en el Cuadro 1, las monedas asiáticas estaban bajo fuerte presión. Si bien algunas de las depreciacio– nes pueden atribuirse al fortalecimiento del dólar estadouni– dense, las devaluaciones se debieron principalmente a acciones del mercado que afectaron a las distintas monedas en forma individual. El punto más bajo del año 1997 para todas las mone– das asiáticas fue alcanzado en un lapso inferior a dos semanas, y en niveles que no se habían visto en los últimos años. Si usamos el promedio de las fluctuaciones de la tasa de cambio del marco alemán, del yen y de la libra inglesa, como referencia para la fortaleza del dólar norteamericano, observaremos que la caída de las monedas asiáticas tuvo un promedio de 16,6% des– de los puntos más altos alcanzados en un año. La devaluación promedio desde el 2 de enero hasta el 16 de septiembre fue de un 14,3%. Si no se incluye el dólar de Singapur, que resistió bastante bien las presiones, la caída promedio desde el punto más alto del año llega al 23,8%. Al igual que en México, el problema monetario contaminó a los mercados de valores. Como se muestra en el Cuadro 2, en Malasia, Filipinas y Tailandia se vio que la mitad de la capitali– zación del mercado se borraba en menos de dos semanas. In– cluso en Singapur, donde la moneda se ha mantenido razona– blemente bien, el mercado de valores ha alcanzado nuevos ré– cords en cuanto a puntos más bajos. La crisis mexicana se ha atribuido en gran parte al hecho de no entregar oportunamente información vital. En lugar de seguir un proceso de difusión, las tasas de cambio y los precios accionaríos cayeron verticalmente, al revelarse abruptamente las malas noticias. Además, se considera que México dependía ex– cesivamente del capital extranjero para el financiamiento del gobierno. Se supone que las economías asiáticas son diferentes. Los déficits en cuenta corriente se atribuyen principalmente al sector privado y el capital extranjero es canalizado hacia la in– versión más que al consumo. No ha habido fallas en los siste- . mas de información al público. Los inversionistas no han sido afectados por la desagradable revelación de un secreto escondi-
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