América Latina y Asia-Pacífico
144 TOMI\$ GONZALEZ SADA mo tiempo, México adquirió 6 mil millones de dólares en auto– móviles, camiones, motores y repuestos de sus socios de NAF– TA. En México, Estados Unidos y Canadá, las plantas de fabrica– ción y ensamblaje se han especializado, con el fin de fabricar modelos específicos. Debido a la competitiva posición lograda, muchos de los automóviles y camiones que se distribuyen a nivel mundial son fabricados en la zona de NAFTA. De igual manera, en al área de las maquinarias y equipos para la industria eléctrica se han implementado cadenas de va– lor complementario. Las ventas de México a NAFTA por con– cepto de productos fabricados para esta industria ascendieron a 9,5 mil millones de dólares en 1996. Mientras tanto, México com– pró 10,3 mil millones de dólares de maquinaria y equipos para la industria eléctrica, todos fabricados en Estados Unidos y Ca– nadá. Otras industrias también han avanzado en la complemen– tación de sus cadenas de valor, como ocurre con los electrodo– mésticos y en los sectores de la electrónica, los alimentos pro– cesados y la industria de metales básicos. Es evidente que se hace muy difícil complementar las eco– nomías de NAFTA en cada uno de los sectores industriales. En algunas de estas situaciones fue necesario negociar modalida– des donde la industria de uno o dos países de NAFTA percibía abiertamente una desventaja competitiva frente a los demás. Para aumentar la competitividad de la región, NAFTA promueve el comercio intrarregional de bienes fabricados por empresas ubi– cadas en una o dos de las economías miembros, lo que se tra– duce en una ventaja sobre otros proveedores. Como ejemplo de este esfuerzo, a veces llamado el enfo– que de la reciprocidad, podemos citar las telecomunicaciones y también los equipos y repuestos computacionales, que en su mayoría son fabricados en Estados Unidos y Canadá. En 1996, México compró a sus socios 7,2 mil millones de dólares en es– tos productos. También a modo de ejemplo podemos citar los productos textiles, que aprovechan las ventajas de ser fabrica– dos en Canadá y México. Como resultado, en 1996 estos países vendieron 5,9 mil millones de dólares de prendas y productos
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