América Latina y Asia-Pacífico

134 VICTOlt FUNG está mucho mejor resumida en la declaración de Seattle de 1993, en la cual los líderes de APEC se comprometieron a "producir beneficios económicos tangibles para la región". Si considera– mos quiénes van a producir directamente estos beneficios, les corresponderá a los empresarios y empresarias de las econo– mías de APEC ser los arquitectos e ingenieros de este creci· miento, los artífices de esta prosperidad. El papel de los empresarios de APEe APEC está muy consciente de que cualquier acción que em– prenda debe ser comprendida por la empresa yen apoyo a ésta. Es por esta razón que los líderes de APEC establecieron, el año 1996, ABAC. Una importante tarea que se les asignó a los miem– bros de ABAC fue revisar la declaración de Manila para luego señalar su opinión al respecto. Me correspondió el honor de pre– sidir el Comité Ejecutivo de ABAC, encargado de analizar el do– cumento de Manila y el Consejo acordó las recomendaciones que se presentaron a los líderes de APEC el 3 de noviembre de 1997. La visión empresarial del documento de Manila (MAPA) Creemos que el documento de Manila tiene especial rele– vancia, pues contiene las propuestas individuales )' colectivas que cada una de las economías de APEC han señalado para alcanzar los objetivos de libre comercio acordados en Bogor. Además, constituye el medio a través del cual la idea de APEC sobre el libre comercio se hará realidad. Les da él conocer a las comunidades empresariales, en términos reales y en forma opor– tuna, los aspectos prácticos de APEC mostrándoles los benefi– cios que pueden obtener de este organismo. Asimismo,es la primera vez que un grupo de economías ha manifestado voluntariamente la forma como aspiran alcanzar los objetivos de libre comercio. Creo que es un buen ejemplo

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